Octubre ya ha terminado. Como sabéis,
participé en el #LeoAutorasOct, una actividad nacida en Internet para
visibilizar a las autoras, especialmente en el mundillo de la fantasía y la
ciencia ficción. Durante este mes, fiel a mi compromiso, he leído sólo libros
escritos por autoras. No he llevado el reto hasta los cómics (de los cuales
apenas leo), los artículos de revista o las noticias de prensa, sinceramente
porque no se me ocurrió.
En fin, aquí está el resumen de cada
libro que he leído durante este mes.
1. La maldición de Chalion (Lois McMaster
Bujold, 2001)
Lupe de Cazaril es un hombre roto, física
y anímicamente. Gobernó una fortaleza hasta que sus generales decidieron
rendirla, pero su rescate no se pagó. Se ha pasado los últimos 18 meses
encadenado al remo de una galera. Ahora es libre y vuelve al castillo donde una
vez fue paje, con el objetivo de ser el más humilde de los sirvientes. Pero
parece que los dioses le tienen preparado otro destino.
Octubre empezó con este libro, que ya
había comenzado en septiembre. No había leído nada de la autora (pese a las
presiones de mis amigos para que empiece la saga de Vorkosigan) y me ha
encantado. Es fantasía de la buena. Una construcción de personajes muy decente
y, sobre todo, una trama y un mundo fascinantes. Dioses, santos (que no son más
que adictos a su dios, de tal manera que los vicios les producen aburrimiento),
maldiciones, intrigas palaciegas, cabalgadas secretas, profecías… la historia
no se detiene en ningún momento.
Cabe destacar que está fuertemente
inspirado en la España de los Reyes Católicos.
2. La estrella escarlata (Leigh Brackett,
1974)
El planeta Skaith se encuentra aislado de
la galaxia: sus gobernantes no quieren influencias extranjeras, al contrario
que buena parte de su población. Al planeta llega Stark, un mercenario fuera de
servicio, que está buscando a su amigo Ashton. Éste fue a realizar una
investigación en el planeta y no se volvió a saber de él.
Abrí este libro con ganas, sabedor de
que su autora fue una de las guionistas de El
imperio contraataca, pero la verdad es que no me ha dado más. Stark vive
aventuras más o menos interesantes en un mundo muy rico y con muchas culturas
distintas (algo raro en la ciencia ficción), pero la cosa es que
el personaje es tan plano, tan de una pieza, que me importaba un pito lo que le
pasara. Es el primero de una trilogía, y no creo que consiga los otros dos.
3. Trafalgar (Angélica Gorodischer, 1979)
Rosario, Argentina, años ’70. Trafalgar
Medrano es un hombre de buena familia que se ha dedicado al comercio. Pero no
comercia con la Tierra, sino que agarra una nave espacial a la que llama “el
cacharro” y parte a comprar y vender en los planetas más absurdos. Luego, de
vuelta a nuestro mundo, le cuenta sus aventuras a su amiga Angélica
Gorodischer, que le escucha entre tazas de café. Aunque lo cierto es que no hay
ninguna prueba de que Trafalgar haga esos viajes, por lo que también podría ser
que fuera todo fabulación…
Sí. Muy sí. Todo en esta recopilación de
cuentos es recomendable. Para empezar, la forma en que está contada, mediante
diálogos entre Trafalgar Medrano y su interlocutor, que normalmente es Angélica
Gorodischer. Eso quiere decir que Medrano a veces divaga, a veces corta el
relato para apreciar las virtudes del café que toma o reparar en que la gata de
su interlocutora no está en la casa. Otras, su interlocutora le apremia o hace
preguntas capciosas. Este realismo, sumado a la gran cantidad de coloquialismos
argentinos que emplea la autora, hace que me resulte delicioso de leer.
El libro es como coger los Viajes de las estrellas de Stalislaw Lem
(usa la misma estructura) e impregnarlos de realismo mágico. Nadie se sorprende
de que Trafalgar Medrano tenga una nave espacial y comercie con planetas de
nombres extraños, sino de que no se haya hecho médico como su padre. ¿Que
Trafalgar habla de un planeta que es como la Tierra pero hace 500 años, de otro
donde la muerte no existe o de un tercero donde cada día es una época distinta?
Pues por supuesto que le creemos. Se ven cosas tan raras por ahí, que por
qué no van a existir mundos así.
Una pequeña joya desconocida que os
recomiendo nivel “cogeros de las solapas y zarandearos hasta que prometáis
haceros con un ejemplar, leerlo y comentarlo conmigo”. Para que os hagáis una
idea del nivel de la autora, deciros que otra obra suya (Kalpa Imperial) fue traducida al inglés por Ursula K. Le Guin.
4. El orgullo de Chanur (C.J. Cherryh, 1981)
5. La aventura de Chanur (C.J. Cherryh,
1984)
6. La venganza de Chanur (C.J. Cherryh,
1985)
7. El regreso de Chanur ((C.J. Cherryh,
1986)
Todo el espacio conocido está unido en el
Pacto, una alianza comercial y de no agresión. Una de las especies que forman
ese pacto es la hani: grandes felinos inteligentes con una estructura social
similar a la de los leones. Pyanfar Chanur es una capitana hani que un día se
encuentra con un embolado difícil de gestionar: un miembro de una raza
inteligente desconocida hasta la fecha (un tal Tully, que dice ser de una
especie llamada “humanidad”) se cuela en su nave en busca de asilo. Ha escapado
de una nave kif, que le capturó y cuyos tripulantes le han torturado
salvajemente. Ahora los kif reclaman su propiedad perdida, y estarán dispuestos
a cualquier cosa para recuperarla. La saga de Chanur es la historia de todo lo
que pasa a partir de ese momento.
En realidad, lo que he leído de Chanur
debería contar como dos novelas y no como cuatro: mientras que Orgullo sí es una historia autoconclusiva, aunque de final abierto, las otras tres forman una única
trama que sólo se publicó en tres tomos por razones editoriales (1). Eso
afecta al ritmo de la narración. Aventura
es la presentación, por lo que resulta relativamente lenta y se hace algo
pesada de leer. Sin embargo, en Venganza
empieza a coger carrerilla y Regreso,
pese a ser la más larga de las cuatro, es la que se me hizo más amena. Iba
leyendo a toda velocidad para saber cómo terminaba todo aquello.
En todo caso, sean dos o cuatro novelas,
estamos ante un clásico de la space opera,
que pretendió (y consiguió) renovar los pilares básicos del género. Para
empezar, y aunque no deja de ser una novela de aventuras, le da un enfoque más hard, visible sobre todo en detalles:
las naves casi nunca se ven entre sí (sus altas velocidades y distancias
relativas impiden que se vean durante el vuelo, y en las estaciones quedan
ocultas detrás de los diques), las especies tienen importantes problemas a la
hora de comunicarse entre sí porque sus idiomas y sus lógicas mentales son
demasiado diferentes, etc. Además, los protagonistas no son humanos, lo cual me
sorprendió gratamente.
Los temas tratados son muchos. Cito tres:
- Cambio social: la cultura hani es prácticamente feudal. Los planetas están divididos en territorios regidos por varones que se suceden unos a otros por medio de luchas rituales. Sin embargo, son las hijas, esposas y hermanas de esos varones las que de facto gobiernan el territorio. Eso quiere decir que, cuando una especie alienígena les enseña el viaje espacial, sólo las mujeres salen al espacio. ¿Cómo impacta ese enorme cambio tecnológico en esa cultura feudal? Las normas culturales están muy bien, pero a veces la necesidad aprieta.
- Choque entre civilizaciones de mentes y culturas completamente distintas: dentro del Pacto hay seres que hablan en matrices, seres que lo solucionan todo mediante la amenaza y la violencia y que están obsesionados por su honor personal, seres que son unos xenófobos cambiachaquetas pero incapaces de hacer daño físico y seres tan extraños que no se sabe ni siquiera si tienen nombres individuales. ¿Cómo tratas con todo eso?
- Relaciones familiares: las hani del espacio son desarraigadas, porque sus compañeros varones se quedan en el planeta. No puedes mantener una familia si tú das saltos por el hiperespacio y vives en una hora lo que para la gente del planeta son cuatro meses. Un viaje que para ti dura (psicológica y físicamente) un par de semanas, para tus familiares puede haber durado uno o dos años.
Chanur trata estos tres temas, junto con otros. Y además lo hace condenadamente bien, al tiempo que nos cuenta una historia de politiqueos y batallas estelares –más lo primero que lo segundo– progresivamente más entretenida.
Hay pocos puntos negativos. Uno de los
que señalo, especialmente para quien lea sólo Orgullo, es que las interacciones entre personajes resultan
confusas, porque no conocemos sus normas culturales y porque a veces hablan el
hani francamente mal. Esto hace que no siempre entiendas lo que está pasando, y
frustra. Sin embargo, cuando profundizas en la saga y comprendes la psicología
de cada especie, vas pillando cada vez mejor los sutiles politiqueos de cada
diálogo. El otro gran problema es el ritmo: en Orgullo y, como ya he comentado, en Aventura, puede hacerse demasiado lento.
Aun así, yo recomiendo por lo menos que
leas Orgullo. Si te gusta, aunque no
te entusiasme, dale un tiento a los otros tres, que son mejores.
8. Telón (Agatha Christie, 1975)
Hercules Poirot está viejo e inválido,
pero su cerebro funciona perfectamente. Ha vuelto a la mansión de Styles, donde
resolvió su primer caso célebre, atraído por la pista de otro misterio. Cinco
asesinatos, todos ellos claros, con un culpable evidente que en la mayor parte
de los casos fue condenado. Pero el detective belga ha descubierto que hay una
persona X que estuvo relacionada con los cinco casos, y que probablemente los
amañó todos. Ahora X está en Styles, y Poirot teme que vaya a matar de nuevo.
Última novela de Hercules Poirot, fue
publicada el año anterior a la muerte de Agatha Christie pero había sido
escrita cuatro décadas antes. Me la terminé en un par de viajes en Metro y
bueno, como todas las de la autora, es entretenida. El final es para mi gusto
un poco fantasioso, tanto la forma en que X mata a sus víctimas como la manera
en que le paran los pies.
9. El castillo ambulante (Diana Wynne
Jones, 1986)
Sophie sabe que nunca será nada en la
vida. Es la mayor de tres hermanas, al fin y al cabo, y en los cuentos ésas
nunca consiguen ningún logro. Pero lo que sinceramente no se esperaba es que la
malvada Bruja del Páramo la transformara en una anciana. Su vida cambiará por
completo cuando, así trasformada, acabe entrando en el castillo del mago Howl,
de quien se dice que se come los corazones de chicas jóvenes.
Este título se hizo muy famoso después de
que Miyazaki dirigiera una película con el mismo nombre. No hablo de “adaptación”
porque el director se limita a tomar la premisa y luego desarrollarla a su
manera, que es muy distinta a la de Jones… y, a mi entender, peor. Donde la
británica escribe una historia coherente en la que todo cuadra, el japonés
pierde completamente el hilo del guion hacia la mitad del mismo. Eso sí, la
película es preciosa.
He metido este libro en la lista porque
desde La Nave Invisible se promovió una lectura colectiva durante el mes
de octubre. Sin embargo, en mi caso era la tercera vez que lo leía: De alguna
manera creo que me ha gustado menos que las dos veces anteriores, aunque con
Jones me pasa que no siempre termino de entrar en sus mundos. Sin embargo,
después de leer El castillo ambulante (y
ya en noviembre, por lo que no entra en la reseña) me releí su segunda parte,
que me gustó más.
En todo caso, si buscáis un libro que le
dé una vuelta a los cuentos tradicionales, pero desde el humor y la simpatía,
ésta debería ser vuestra elección.
No quiero extenderme tampoco mucho en las
conclusiones y en lo que he aprendido del #LeoAutorasOct, así que haré una
panorámica general:
- Lo
de “yo no miro el género del autor” es falso. Desde que tomé la decisión de
buscar libros escritos por autoras me he ido dando cuenta de un montón de
prejuicios y pequeños sesgos que tengo enquistados. Esos sesgos no aguantan un
examen racional, pero… ahí están.
- Esto
no es una confrontación. No va de “literatura de hombres contra literatura de
mujeres”, porque cada escritor/a tiene su propia perspectiva, derivada de la
forma en que vive su época. Sin embargo, leer lo que tienen que escribir las
personas discriminadas y oprimidas siempre es interesante, y puede aportarte
ideas interesantes.
- Leer
a (más) mujeres es una decisión consciente. No lo vas a conseguir si no te lo
planteas. Aparte de los sesgos y los prejuicios, resulta que hay una industria
editorial que filtra los títulos y, conscientemente o no, privilegia los
escritos por autores. Si lo dejas al azar vas a seguir leyendo la misma
proporción de libros escritos por mujeres: muy escasa.
- No
tomar esa decisión es un error si lo que quieres es leer buena literatura. A ver,
que evidentemente allá cada cual, pero si no te planteas empezar a leer a más
mujeres te vas a perder obras tan brutales como Trafalgar, La maldición de
Chalion o la saga de Chanur, o como otras mil que no he reseñado.
En definitiva: pasarme un mes leyendo
sólo a mujeres ha sido una buena decisión. Podría tirarme así otros bastante
más tiempo, y no sentiría que me faltara nada, sino, al contrario, que estoy de
alguna manera colmando lagunas que no sabía que tenía. Así que bienvenido sea
el #LeoAutorasOct y cualquier otra iniciativa en la misma línea.
(1) Hay un quinto libro, Chanur’s Legacy, que no está traducido
al español.
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