Que vivimos gobernados por un bobo
solemne no puede dudarlo nadie más que los fans más enardecidos. Hoy hemos
podido ver otro ejemplo. Estaba nuestro ínclito presidente perorando sobre los
males que aquejarían a la población catalana, entre los cuales estaba quedarse
sin nacionalidad española y europea. “Pero la nacionalidad española no la
perderían”, le ha dicho el entrevistador. “¿Por qué?” “Pues porque la ley dice
que el ciudadano de origen nacido en España no pierde la nacionalidad aunque
resida en un país extranjero”.
Y entonces Rajoy se ha puesto recto y se
ha podido oír cómo las ruedas de su cerebro engranaban para entender la nueva
información mientras, para ganar tiempo, preguntaba estúpidamente “¿y la europea?” Cuando le
han dicho que la europea va unida a la española ha intentado salirse por
peteneras calificando a este tema (que es de importancia capital) de “disquisición
que no conduce a parte alguna”.
Lamentable. Patético. Absurdo. Este tío
nos gobierna y, por todas las apariencias, era la primera vez que se enfrentaba
a la posibilidad de no poder retirar la nacionalidad española a todos los
residentes de Cataluña por decreto ley. No es la primera vez que este inútil la caga hablando de Derecho, pero esta barbaridad supone para Rajoy un
doble error: uno jurídico que se superpone sobre otro político. Vamos a verlo.
El error jurídico es el que le señala el
periodista y el que se ha comentado por las redes. Efectivamente, el artículo 24 CC regula la pérdida de la nacionalidad española para aquellos que la
tenemos de origen, es decir, para los que la adquirimos por nacimiento. Los requisitos
para dejar de ser español son:
- Estar emancipado, es decir, y en condiciones normales, ser mayor de edad.
- Residir habitualmente en el extranjero.
- Adquirir otra nacionalidad (1), salvo que ésta sea la de uno de los países que permiten doble nacionalidad (países iberoamericanos, Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial y Portugal).
- Que pasen tres años desde la adquisición de la nacionalidad, salvo que en ese plazo el interesado declara su voluntad de conservar la nacionalidad española.
Es decir, que el periodista tiene razón.
Aquí hay un error jurídico grave. No se puede privar a ningún español de su
nacionalidad por la fuerza, porque aunque adquiera otra (la catalana), tiene un plazo de tres
años para declarar que desea conservar la española. Otra regulación no es posible, dado que el artículo 11.2 de la Constitución establece de forma meridiana que "ningún español de origen podrá ser privado de su nacionalidad". Y, como la condición de
ciudadano europeo la ostentan los nacionales de los Estados miembros (artículo 20.1 TFUE), los catalanes independizados seguirían siendo titulares de la misma mientras quisieran.
Pero este error jurídico se asienta sobre
un error político mucho más grave, y es el de reconocer, aunque sea como hipótesis, que tras la declaración
de independencia va a ser aplicable el artículo 24 CC antes citado. Hoy nuestro presidente ha aceptado como posible que Cataluña va a pasar a ser un Estado extranjero, y eso es un problema porque parte de ese proceso está bajo su control.
Rajoy lo que dice es que “algunos
pretenden” que los catalanes pierdan sus derechos. Evidentemente en lo que
piensa es en una situación en la que Cataluña triunfa, se independiza y otorga
a sus habitantes una nacionalidad incompatible con la española. Pero es que
eso exige que España reconozca a un hipotético Estado catalán. En otras
palabras: para que se dé ese escenario que tanto teme Rajoy es necesaria la
colaboración activa de España.
Voy a insistir en esta idea. La secesión
catalana, si se produce, será contraria a todo derecho, por supuesto al español
pero también al internacional. Podemos valorar mejor o peor ese derecho y puede
gustarnos más o menos (a mí, en concreto, me gusta menos), pero las normas son
las que son. España estaría en su perfecto derecho de seguir atribuyéndose
soberanía sobre los territorios independizados. Reconocer que Cataluña es un
país extranjero, condición necesaria para poder aplicar la norma sobre pérdida
de la nacionalidad, está en manos del Gobierno español. Así las cosas, ¿no
habría sido más inteligente dejarse de “algunos pretenden pedirle a la gente” y
limitarse a aclarar las cosas y a dejar claro que, mientras él sea presidente,
España no cederá la soberanía sobre Cataluña?
Claro, habría sido más inteligente. Pero también
habría sido más inteligente informarse antes de hablar. Y habría sido muchísimo
más inteligente no dejar que se llegara a estos extremos: permitir el
referéndum, incluso permitirlo hace años, y mantener una actitud dialogante y
abierta que llevara a un amplio apoyo del “no”.
Pero, como sabemos, Rajoy no es
inteligente. Rajoy es un señor de derechas que cree que “Diálogo” es un pueblo vasco
y que “consenso” es el que alcanza él con sus dos pelotas. Es un inútil tal que
ha puesto al país que debe gobernar al borde de la secesión, y se ha puesto a
sí mismo en la tesitura de permitir una segregación del territorio o mandar
tanques a asesinar ciudadanos españoles.
O quizás sea eso lo que quiere.
(1) El Código también habla de utilizar “exclusivamente
la nacionalidad extranjera que tuvieran atribuida antes de la emancipación”
pero, dado que no se aplica al caso catalán, lo excluimos del cuerpo del texto
para facilitar la lectura.
Si hemos regalado la nacionalidad a quienes comprasen un chalet en la playa por 150.000 Euro.
ResponderEliminarHemos regalado la nacionalidad a los nietos de cubanos, argentinos, ... y últimamente ¡a los sefardíes!
¿Ppor qué no regalamos la nacionalidad a los portugueses? Son y están mas próximos, que los sefardíes y estaríamos a un paso de la federación ibérica, sueño de todos los hispanistas, entre los que se incluyen los "lusitanistas"
Bueno, como ves ya hay facilidades para la doble nacionalidad. A mí la federación ibérica no me parece mal, pero creo que tiene muchos problemas prácticos.
Eliminar¿Por qué el avisar de las presuntas consecuencias negativas de una secesión estás automáticamente admitiendo que vaya a ocurrir ésta? Teniendo en cuenta que hay mucha gente que se apunta a esto creyendo que es una idea genial, no veo mal que en el debate se intente disuadir diciendo que oye, a lo mejor no es todo tan maravilloso. No digo que las gilipolleces de Rajoy fuesen acertadas, que menudo zoquete, pero he leído ya varias veces que cuando un unionista trata de advertir de lo que podrían ser consecuencias negativas para los catalanes, es porque ya admite que se van a separar. Y no estoy muy de acuerdo, simplemente eso.
ResponderEliminarEl resto del artículo genial, como siempre. :)
Pensé eso mismo al redactar el artículo y estuve a punto de cambiar el enfoque. Pero es que me sigue pareciendo un error el darle algún valor a las promesas de tus adversarios cuando el cumplimiento de dichas promesas está parcialmente bajo tu control. Creo que es darle a los independentistas una baza que no hay que dar. Pero claro, si Rajoy fuera inteligente no habríamos llegado a donde estamos.
EliminarAndorra NO permite la doble nacionalidad ;)
ResponderEliminarSi tú lo dices yo me lo creo.
EliminarEs cierto que la frase se presta a confusión. Debería haber usado una expresión más precisa en el artículo: esa lista de países no son los que permiten doble nacionalidad, sino aquellos con los que la ley española permite tener doble nacionalidad. Es decir, si eres español y te nacionalizas andorrano, a efectos de la ley española sigues siendo español porque estás en el supuesto del art. 24.1 CC, haga lo que haga la ley andorrana.