A
la gente le encantan los símbolos. Fotos, iconos, banderas, escudos… están por
todas partes. La gente no se compra un iPad, una Harley o una prenda de Ralph
Lauren o Lacoste porque lo hayan pensado tras un cuidadoso análisis de materiales,
prestaciones, durabilidad y calidad / precio: se las compra porque representan
algo. De la misma manera, todo el mundo tiene símbolos ideológicos (banderas,
personajes históricos, documentos…) que adora o aborrece. Y, por eso mismo,
todos los regímenes políticos buscan asentar su legitimidad en símbolos, sea
creándolos o apropiándose de los ya existentes.
Digo
esto porque me resulta muy gracioso ver a derechistas opinando sobre los
cachorros peperos que estas últimas semanas han estado retratándose (obsérvese
el hábil juego de palabras) con iconografía franquista, especialmente el pollo.
A algunos se les salta la vena del cuello diciendo que llamar “pollo” al águila
de San Juan, que es un emblema que procede de los Reyes Católicos y que por
tanto está en las raíces de La Españolidad, es un insulto a nuestro país. Ah, y
que a ver si no van a poder los jóvenes sanos y como Dios manda hacerse fotos
con elementos históricos de hace cinco siglos.
El
problema es que no cuela. Entre el escudo de los Reyes Católicos y el pollo
franquista hay importantes diferencias, hasta el punto de que podemos ver
claramente que se trata de dos emblemas distintos.
Éste
es el escudo de los RR.CC., con el águila de San Juan:
Y
éste el escudo franquista:
Ahora,
vamos a jugar a buscar las diferencias:
1.-
Lema. El lema del escudo de los RR.CC. era “Tanto monta”. Venía por parte de
Fernando. Se suele decir que es una recomendación del gramático Antonio de
Nebrija, recordando la anécdota del nudo gordiano: se trataba de un nudo tan
complicado que nadie podía desatarlo, pero estaba profetizado que quien lo
consiguiera conquistaría el mundo. Alejandro Magno se enfrentó al problema de una
manera expeditiva: lo cortó con su espada diciendo “tanto monta cortar como
desatar”. Como Fernando el Católico tenía ambiciones mediterráneas, Nebrija le
recomendó que adoptara como su emblema el yugo con el nudo y como lema la frase
de “Tanto monta”.
Por
su parte, el lema del escudo franquista es el jonsista “Una, grande y libre”.
Si se quiere diferenciar de un solo vistazo ante cuál estamos se puede atender
a la posición del lema: si está en la parte superior del escudo, es el
franquista; si está en la inferior o no está, es el de los Reyes Católicos.
2.-
Columnas de Hércules. En el escudo franquista se pueden ver las Columnas de
Hércules, flanqueando el águila y con el lema Plus ultra. Este símbolo, que permanece en el escudo constitucional
actual, procede de la época de Carlos I, nieto de los Reyes Católicos.
3.-
Las armas de las Dos Sicilias. El escudo de los Reyes Católicos está dividido
en cuarteles: el primero y el cuarto tienen las armas de Castilla y de León; el
segundo y el tercero, las de Aragón y Dos Sicilias. En la época de Franco
España ya no gobernaba este territorio, así que el emblema de las Dos Sicilias
se sustituyó por las cadenas de Navarra.
4.-
El yugo y las flechas. Eran símbolos de Fernando e Isabel: como hemos visto, el
yugo lo tomó Fernando basándose en la leyenda del nudo gordiano. Las flechas provienen
de la archiconocida fábula del padre que, para enseñar a sus hijos que deben
estar unidos, prueba que es fácil partir cinco flechas de una en una pero imposible
hacerlo con un haz. En el siglo XV no existía una representación unitaria de este símbolo: generalmente se dibujaba un número impar de flechas que se colocaban con la punta
hacia abajo, a veces paralelas y a veces unidas por un nudo.
El
franquismo recuperó estos dos emblemas con la clara vocación de identificarse
con la monarquía católica de Isabel y Fernando: al contrario que todos los
demás elementos, el yugo y las flechas no habían vuelto a aparecer en un escudo
real desde el siglo XVI. Pero modificó el haz: fijó su número en cinco flechas
y colocó las puntas hacia arriba. Sin embargo, hay que matizar que hoy es
habitual volver a colocarlas hacia abajo: el decreto nº 470 de 1938, que
establecía el escudo, no decía en qué posición debían colocarse, por lo que fue
cambiando.
5.-
El color del león. Según el citado decreto nº 470, el león rampante que aparece
en las armas de León es de gules (rojo). En las armas de los Reyes Católicos este
león era púrpura. Sin embargo, este criterio no es muy efectivo, toda vez que existen
muchas representaciones del escudo del siglo XV que dibujan al león de color
rojo, como por otra parte fue común después de Isabel y Fernando. En general,
si aparece un león púrpura es seguro que estamos ante el escudo tradicional,
pero si el león es gules no hay seguridad (sólo alta probabilidad) de que el
emblema sea el franquista.
Así
pues, la mejor forma de distinguir si el escudo que están enarbolando esos
alegres patriotas es el del siglo XV o no es atendiendo al contenido y posición
del lema, a las Columnas de Hércules y a las armas de Dos Sicilias o Navarra
presentes en el segundo cuartel. Mirad y veréis cómo, en la mayoría de ocasiones, no están haciendo un sentido homenaje a nuestra Edad Moderna sino agitando el símbolo de su ultraderechismo. Qué sorpresa, ¿eh?