La lectura de la prensa estremece. Creo
que nadie puede quedarse indiferente cuando lee que una niña de 8 años fue hospitalizada después de sufrir una paliza por parte de varios alumnos de entre doce y catorce años. Al parecer la causa de este estallido de violencia
fue tan nimia como que la cría cogió un balón de fútbol con el que estaban
jugando los mayores con el fin de entregárselo al profesor porque había
terminado el recreo. El hecho es horrible y hace que nos preguntemos muchas
cosas sobre la forma en que educamos y vivimos la violencia.
Sin embargo, buena parte de la
indignación se recrea en el hecho de que parece que ninguno de estos chicos va
a sufrir consecuencias penales. Hasta el momento se ha identificado a seis de
los agresores, y todos ellos son inimputables penalmente, lo que significa que
no recibirán pena alguna por este hecho (1). Esa clase de comentarios aparece
siempre que es detenido un menor de edad. El punitivismo nos sale por los poros
y te sorprendes viendo cómo incluso personas autoconsideradas progresistas
exigen penas de cárcel de millones de años de duración. Vamos a analizar este asunto.
¿Qué pasa cuando una persona comete un
delito? Existen tres opciones:
- Si tiene 18 años o más, se le aplica el Código Penal, es decir, la ley que regula la mayor parte de delitos en España. En esta ley se definen los delitos (homicidio, hurto, tráfico de drogas, lo que sea) y se le asigna a cada uno una consecuencia jurídica, es decir, una pena.
- Si tiene entre 14 y 17 años se le aplica la Ley del Menor. Esta norma no vuelve a definir los delitos, sino que se atiene a los que ya están tipificados en el Código Penal. Lo que hace es ofrecer una serie de reglas para que el juez convierta las penas en “medidas”, que pueden ir desde el internamiento en un centro de menores hasta una simple amonestación. La conversión es más o menos libre, y las medidas están especialmente dirigidas a la reeducación de los condenados (2).
- Si tiene 13 años o menos, es penalmente inimputable. No se le puede condenar.
¿Por qué este tratamiento diferenciado?
Simple: nuestro derecho tiene muy en cuenta la condición de menor de edad de
estos delincuentes. No es algo particularmente novedoso ni exclusivo de nuestro
país: en menores de edad la acción educativa puede jugar un campo mucho mayor
que en adultos. Al fin y al cabo, se trata de personas especialmente impulsivas
(ah, la adolescencia, qué maravillosa es), que están definiendo su personalidad
y jugando con los límites. Se suele decir que “si delinque como un adulto, que
pague como un adulto”, pero el hecho es que la delincuencia en menores tiene su
propio perfil. La mayoría de menores que delinquen abandona esa vida cuando
madura. El sistema jurídico puede elegir entre fomentar esa tendencia o
cargársela mediante medidas demasiado intensas.
El establecimiento de la edad de
imputabilidad en los 14 años va un poco en esa línea. Supongo que todos
estaremos de acuerdo en que hay que trazar un límite mínimo, por debajo del
cual no puedes recibir una condena penal. ¿Cuál debe ser ese límite? Para
trazarlo hay que tener en cuenta que la mayoría de edad no es un tema rígido: la
ley va concediendo al menor derechos y responsabilidades cada vez más amplios. Así,
a los 12 años gana el derecho a ser oído en los procedimientos que le afecten (que ya tenía antes si era lo bastante maduro), a los 14 puede otorgar testamento y a los 16 se le permite trabajar, emanciparse y tomar decisiones médicas. En ese contexto, los 14 años parece un límite razonable
para que se pueda imputar penalmente a alguien.
¿Qué
motivó al legislador para poner el límite a esa edad? Lo dice en la Exposición
de Motivos de la Ley del Menor: “la convicción
de que las infracciones cometidas por los niños menores de esta edad son en
general irrelevantes y que, en los escasos supuestos en que aquéllas pueden
producir alarma social, son suficientes para darles una respuesta igualmente
adecuada los ámbitos familiar y asistencial civil, sin necesidad de la
intervención del aparato judicial sancionador del Estado”. Lo he copiado
entero porque me parece importante, por dos razones.
La primera es que los casos mediáticos distorsionan nuestra
percepción. La paliza que motiva esta entrada es horrible y hace que cualquier
persona normal sienta repugnancia. Pero la cosa es que estos casos mediáticos
no son la norma, sino la excepción. Salvo esta clase de estallidos de violencia
y alguna otra cosa como bullying, ¿qué
clase de delitos va a cometer un menor de 14 años? ¿Robar chucherías en una
tienda? ¿Pintar en una pared? Por favor. ¿Qué relevancia tiene algo que haga un
crío de esa edad?
La segunda razón por la cual me parece importante la frase
citada es porque dice que no es necesario que intervenga “el aparato judicial
sancionador”. Pasar por un juicio es siempre un mal trago. Te enfrentas a una
maquinaria desasosegante formada por funcionarios a los que les importas una
mierda. ¿Queremos poner ahí a críos de ocho, diez, doce años? ¿De verdad no hay
nada menos incisivo para corregir su conducta ilícita que un juicio penal?
La edad de imputabilidad penal no es, ni
mucho menos, un límite tallado en la piedra. Puede moverse arriba y abajo, pero
no creo que sea una decisión racional (no hay una “edad mejor” para poner la
frontera) y tampoco podemos subirla o bajarla mucho sin cometer incoherencias
con el resto de la legislación. Así que me disculparéis si no me apunto al
carro punitivista. Contra los delitos cometidos por menores de 13 años, mi
respuesta es prevención a partir de la educación, mantener la cabeza fría a la
hora de legislar y recordar que no todos los conflictos se resuelven bien en un
tribunal de justicia.
(1) Aunque probablemente los padres de
los agresores y/o el centro tengan que abonar una cuantiosa indemnización.
(2) Aparte de eso, esta ley regula el
procedimiento penal para los menores.
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Ir a la cárcel no, pero algún castigo educativo tendría que haber, igual en el ámbito escolar. Porque si no caemos en la paradoja de que por portarse mal en clase le puede castigar el profesor y por un tema penal no pasa nada.
ResponderEliminarHombre, obviamente el centro les castigará, y con toda seguridad las familias también. Pero es que la incidencia de un castigo disciplinario en el centro o de un castigo familiar es mucho menor que una sanción penal, no jodamos xD
EliminarPues algo como servicios a la comunidad, recoger basuras, que no les salga gratis. Y terapia para reeducarlos, aunque no se yo si servirá de mucho. Cuando haces daño a alguien de esa manera es que no tienes empatia, no te importa su dolor, y no se si eso tiene arreglo.
ResponderEliminarLos servicios a la comunidad no se los puedes imponer a alguien (son trabajos forzados) y una terapia no funciona si es contra la voluntad del paciente. Yo no sé qué haría si fuera el centro. Estoy seguro de que el reglamento me permite expulsarles durante cierto tiempo o solicitar un cambio de centro, pero algo que combine lo punitivo y lo pedagógico sería lo mejor.
EliminarAunque esté de acuerdo con la entrada, veo un poco ingenuo lo de preguntarse qué puede hacer un niño menor de 14 años si le dejan. Todo dependerá del ambiente en que crezca y la oportunidad que le surja. Hace nada han detenido a un chaval de 14 años en Almería por apuñalar a otro de 17 en un colegio. Por poquito le va a tocar la china.
ResponderEliminarEs un caso extremo, claro, pero con esto quiero decir que la relevancia de lo que haga cada uno tiene que ver con la edad, además de otros factores, sólo en la cantidad de oportunidades que tendrá para hacer una determinada cosa.
A ver, sí. Está el chaval de Almería o están los propios críos de la paliza de esta entrada. Pero no dejan de ser casos mediáticos. Por eso la Exposición de Motivos de la ley dice "en general". En general, la mayoría de críos de menos de 14 años no apuñalarán a otro ser humano ni le darán una paliza colectiva a una criatura a la que le sacan cinco años, aunque tengan la oportunidad para ello.
EliminarSupongo. Será que como tengo al ser humano como un cabronazo en esencia, de los críos sólo me espero a ciertas edades que sean cabronazos en potencia xD
EliminarSigue así de bien con el blog, que aunque en algunas entradas esté más o menos de acuerdo con lo que piensas siempre es importante que la gente ponga en la mesa puntos de vista distintos al de uno mismo para replantearse las cosas un par de veces.