Cuando por fin parecía que el procés se estaba desinflando (espantá
belga incluida) han venido el Ministerio Fiscal y la Audiencia Nacional a darle
un nuevo balón de oxígeno. Ayer nueve consellers
fueron a declarar ante el Juzgado Central de Instrucción que lleva su caso y ya
no salieron: la jueza Lamela decretó prisión provisional incondicional para
todos ellos, excepto para el que dimitió antes de la DUI, que puede eludirla
con una fianza de 50.000 €. Las causas alegadas por su señoría son el riesgo de
destrucción de pruebas y de reiteración delictiva.
Por supuesto, el debate se ha vuelto a
encrespar. Y ha aparecido el término que sale siempre en estos casos: presos
políticos. ¿Son estos nueve miembros del Govern presos políticos? Voy
adelantando que yo creo que sí. Para explicarlo, primero tenemos que tener
claro qué cosa es un preso político.
Un preso político es, como su propio
nombre indica, alguien que sufre cualquier clase de privación de libertad
debido a sus ideas políticas. Pero aquí nos encontramos con un problema, y es
que raras veces hay legislación que castigue las ideas. Los regímenes
autoritarios no son tan tontos como para meter en un Código Penal un tipo que
consista en ser comunista, o anarquista, o (como en este caso) separatista. Al contrario,
los presos políticos suelen acabar en esa condición porque les acusan de otros
delitos: atentar contra el orden público, atacar al Estado, esa clase de cosas.
Esto quiere decir que es complicado
probar la existencia de presos políticos. Todo sistema jurídico puede negar que
un preso es político: “no, no, tal persona no está en la cárcel por sus ideas,
sino porque ha cometido un delito contra el orden público”. Y lo más divertido
es que formalmente es verdad. Se encuentran pruebas que permiten fabricar una
acusación más o menos sólida contra esa persona y justificar la prisión. Eso permite
a los defensores del régimen llenarse la boca con lo respetuosos de los derechos
fundamentales que son sus gobernantes y lo malos que son los opositores.
En el caso de los miembros del Govern hay
un problema añadido, y es que ellos sí que han cometido delitos. Y hablo de
delitos de verdad, no de engendros apañados a medida para perseguir a
opositores. Concretamente me refiero a prevaricación (dictar actos sin base
legal, como la convocatoria de referéndum), malversación (distraer dinero de su
finalidad, por ejemplo para organizar un referéndum ilegal) y desobediencia
(vulnerar las órdenes dadas por el Tribunal Constitucional). Por supuesto, tendrá
que ser un tribunal quien determine cuál es la responsabilidad de cada conseller, pero de momento estos tipos
penales están ahí y a priori son aplicables al caso. De hecho, aparte de por rebelión, el procedimiento está abierto también por malversación, que es sin duda la acusación más sólida de las tres que he mencionado en este párrafo.
Entonces, si esto es así, ¿dónde reside la condición de
presos políticos de los miembros del Govern? En que la reacción del Estado contra
ellos es mucho más potente de la que corresponde a los delitos cometidos. O, en
otras palabras, si estos mismos hechos se cometen para otra finalidad que no
sea independizar Cataluña del resto de España, no tendríamos este cirio
montado. Estaríamos con juicios normales ante jueces ordinarios, no con la
Audiencia Nacional ni con prisiones provisionales.
Hay que recordar una cosa: en España no
hay ningún tipo penal que castigue un intento pacífico de secesión como el que
se ha llevado a cabo en Cataluña. El delito de rebelión, del que tanto se habla
estos días, está definido como un “alzamiento violento”, y aquí no ha habido ni
alzamiento ni violencia. Así que solo queda acusar por los tipos genéricos que
he mencionado más arriba (malversación y demás), y en ese caso el respeto por
la legalidad debe ser exquisito. Hacer cualquier otra cosa que vaya en
perjuicio de los encausados nos sitúa, precisamente, en el terreno de los
presos políticos.
Ojo, que todo esto no me lo estoy
inventando yo. En 2012 el Consejo de Europa aprobó un documento donde se
definía lo que era un preso político. Alguien privado de su libertad tendrá la
condición de preso político si está en cualquiera de estos casos:
- La detención se ha impuesto vulnerando cualquiera de los derechos del Convenio Europeo de Derechos Humanos.
- La detención se ha impuesto por razones puramente políticas, sin conexión con ningún tipo penal.
- La longitud o las condiciones de la detención son, por razones políticas, claramente desproporcionadas respecto del delito.
- Por razones políticas el reo es detenido de forma discriminatoria en comparación con otras personas.
- La detención deriva de un procedimiento claramente ilegal y esto parece estar conectado con los motivos políticos de las autoridades.
Los dos primeros criterios no parecen
demasiado aplicables al caso. Son los supuestos más burdos, que casi no se dan:
los que mencionábamos más arriba de detener a un comunista por ser comunista y
declararlo así. El tercero parece referirse más a las condiciones materiales
del encierro, sobre las cuales no hay demasiado que decir. Pero los requisitos
cuarto y quinto parecen pensados para este caso.
Veamos el punto cuarto. Ya he mencionado
la diferencia de trato que han sufrido Junqueras y los demás respecto de otras
personas juzgadas por el mismo delito. Un tribunal distinto, unas medidas
cautelares desorbitadas, unas peticiones de pena excesivas, etc. Vayamos en
exclusiva al auto, que decreta la prisión provisional alegando razones de
reiteración delictiva y de riesgo de fuga. Es absurdo. ¿Qué reiteración
delictiva puede haber cuando han sido destituidos de sus cargos? ¿De qué riesgo
de fuga hablamos cuando son personas que se han personado voluntariamente en la
AN? Si queréis saber más sobre la debilidad argumental del auto podéis leer este artículo, éste o este último (o los tres), pero a mi entender la cuestión está
clara: a los consellers se les ha
impuesto una detención discriminatoria, y la prueba de ello está en los debilísimos argumentos que justifican la medida.
Y en relación al quinto punto (procedimiento ilegal), solo hay
que examinar dos cuestiones: que la acusación de rebelión no se sostiene
(especialmente por la ausencia total de violencia en todo el procés, salvo la que sufrieron tres
coches de la Guardia Civil mes y medio antes de la DUI) y que, aunque se
sostuviera, la Audiencia Nacional no es competente para juzgarla. Pero, igual
que con las acusaciones previas de sedición, la Fiscalía se ha montado un apaño
jurídico para llevarla ante este tribunal, que a su vez ha tragado con la
farsa.
No voy a discutir sobre la preparación
técnica de los miembros del Ministerio Fiscal: asumo que es excelente. Entonces,
¿qué les lleva a acusar por un delito que claramente no se ha cometido ante un
tribunal que claramente no tiene competencia para juzgarlo? Obvio: razones
políticas. Y, como la prisión provisional de los consellers ha sido acordada en el seno de un procedimiento de estas
características, lo que tenemos son presos políticos.
He leído hoy que el Ministerio Fiscal no
puede estar actuando de manera política porque a Rajoy esto no le viene bien. Efectivamente,
parece que así es: con Puigdemont en Bélgica, la Administración catalana bajo
control del Estado y los partidos independentistas aceptando las elecciones del
21-D, el conflicto parecía terminado. Esta decisión incomprensible lo vuelve a
avivar. Según quienes sostienen esta interpretación, el Ministerio Fiscal y la jueza
Lamela demuestran su independencia realizando una actuación que no le viene
nada bien al Gobierno.
Ante esto cabe decir dos cosas. La primera,
que no toda acción política tiene por qué estar coordinada. Es posible que el
Ministerio Fiscal y una jueza de la Audiencia Nacional actúen por motivaciones
políticas fuera del control del Gobierno y frustren, en principio sin querer,
los planes de éste. No sería nada raro que, ante una situación tan complicada,
actores diferentes pensaran en soluciones distintas al mismo conflicto.
Y la segunda, que también es posible
negar la mayor y afirmar que al PP esto le viene genial. Enardece a sus votantes,
polariza el país y tapa las corruptelas que siguen saliendo y que le afectan. Por
supuesto, afirmar esto quiere decir que al PP no le interesa solucionar este
conflicto sino su propio rédito electoral, pero no creo que esto sorprenda ya a
nadie. Y ojo, que esta interpretación no quiere decir que el Gobierno controle de
forma general a la Fiscalía. Un fiscal puede ejercer la profesionalidad más
exquisita a la hora de investigar las tramas relativas al PP pero volverse loco
cuando alguien le toca la unidad de España y alinearse bajo la bandera del Gobierno
caiga quien caiga.
Así que sí, creo que los miembros del
Govern son en este momento presos políticos. Sin negar que han cometido
delitos, la reacción contra los mismos ha sido desproporcionada en grado sumo,
y lo ha sido por su ideología y sus actuaciones políticas. Y eso solo tiene un
nombre.
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¿Desinflando? No os estais enterando de nada.
ResponderEliminarDesinflando, sí. Los Mossos aceptaron las destituciones de sus mandos, Forcadell se negó a reunir a un Parlament que estaba disuelto según el Derecho español, el lunes los consellers ya no fueron a trabajar, Junqueras ya daba por hecho que iban a ir a elecciones y ese mismo día Puigdemont se las piraba a Bélgica a pedir asilo. Todo lo anterior nos habla de un intento fracasado. O, en otras palabras, los gobernantes de una república recién proclamada no se comportan así.
EliminarSí, es cierto que se han podido leer interpretaciones marcianísimas según la cual todo esto es una hábil jugada estratégica. No cuela. La respuesta es más simple: Puigdemont y compañía nunca han sido independentistas, pero no han sabido detener un procés que se les escapaba de las manos, por lo que al final lo que ha habido es una desbandada, un "sálvese quien pueda" de lo más bochornoso. Y ahí habría quedado todo (el 21-D se hace borrón y cuenta nueva y ya está) si no hubiera sido por estos encarcelamientos.
Eso es lo que tu te crees. Pero en fin, ya paso de volver a explicarlo.
EliminarPero si ya he leído todas las explicaciones posibles de este esperpento. Y no, ninguna me convence. El procés nunca tuvo fuerzas para conseguir sus objetivos, y de no haber mediado estas detenciones se habría desinflado solo.
EliminarMansplaning. Tu desde madrid sabes mejor que yo desde barcelona y desde dentro del movimiento si estamos o no desinflados.
EliminarYo me he referido en todo momento al nivel institucional. La calle no dudo de que esté agitada, pero a nivel institucional, el 1 de noviembre el proceso estaba muerto porque todos sus actores habían huido o aceptaban que seguían dentro del Estado español.
EliminarBUenas
ResponderEliminarQUeria preguntarte una cosa, el delito de sedicion no es mas adecuado que el de rebelion?, segun leo el art 544, parece q concuerda con lo que han hecho (desde mi punto de vista, q para nada es juridico ;)). Dime q opinas.
Gracias
Tampoco lo veo. Lo analicé en septiembre: https://asihablociceron.blogspot.com.es/2017/09/el-delito-de-sedicion.html
EliminarCreo que las circunstancias no han cambiado demasiado. Por un lado, los objetivos del Govern catalán cuadran más con los de un rebelde (romper por completo con el orden constitucional español, en este caso desgajando un trozo del territorio) que con los de un sedicioso (impedir tal o cual actuación concreta de la autoridad). Pero por otro lado sigue sin haber alzamiento, sigue sin haber tumulto, sigue sin haber fuerza, etc.
Gracias por la respuesta. Me he leido la entrada y me ha quedado mas claro. Gran blog el q tienes, alguna vez ya habia entrado, pero no habia leido esa entrada.
EliminarSaludos
Me alegro de haberte ayudado :)
Eliminar¿Y que la Fiscalía lleve esto a la AN cuando es obvio que no encaja no es prevaricación ni malversación?
ResponderEliminarExiste la figura de la prevaricación judicial, que podría estar cometiendo Carmen Lamela. Sería cosa de mirarlo.
Eliminar¿Podría ser que estén intentando descabezar los partidos políticos independentistas antes de las elecciones del 21-D para que no les dé tiempo a reorganizarse y presentar candidatos? Es decir, en lugar de ilegalizar los partidos, como desearía Albiol, hacemos juicios rápidos con sentencia en firme para que no se presenten. O que se presenten, después se les inhabilita la proclamación. Eso sí que podría interesarle a Rajoy, le deja mejor que ilegalizar partidos políticos tras haber conseguido gobernar en Cataluña sin ganar elecciones.
ResponderEliminarGilGalaad
Eso es una probabilidad no descartable, sin duda.
EliminarQué bien: ya han preguntado todo lo que me interesaba saber.
EliminarPor otra parte, ¿considerarías la posibilidad de dedicarle una entrada al derecho penal del enemigo?
Llevo tiempo pensándolo, pero me da algo de pereza.
EliminarBueno: no parece que vaya a perder actualidad.
EliminarPues acabo de ver al portavoz de Jueces por la Democracia hablando de el temita. Dice que en todo caso en España no puede haber presos políticos, sino que ciertas ideas políticas llevadas a la práctica en confrontación con la ley sí pueden conllevar medidas penales.
ResponderEliminarQué piensas tú de JpD? Porque siempre me parecieron gente respetable por lo poco que les vi
Y opinando yo, para mí sí deberían ir a la cárcel, no entiendo de leyes, pero estéticamente quedaría mejor, y no ver a Puigdemont pasear sonriente por Bruselas. Sólo le faltaría comprarse una pulserita de diamantes. Para mí eso demuestra la falta de responsabilidad de estos personajes políticos, lo que sería un sentido de Estado -el de los independentistas, digo- superior al democratismo de los que forman el resto de partidos políticos y que tanto se arrogan, de form totalmente falsa.
Y otra cosa, perdón, pero oír a Soraya Sáenz hablar del debido respeto a una supuesta separación de poderes del Estado de forma que presenta al Gobierno como el garante de la misma y a los independentistas como su amenaza, ¿no puede considerarse delito de ninguna manera? Esa mujer sería mi presa política preferida. La democracia es la mejor manera de generar furturos totalitaristas, yo estoy en camino...
Gran artículo, como la mayoría
A ver, Jueces para la Democracia es de lo mejor que hay en asociaciones judiciales, pero no dejan de ser jueces. Personas que están dentro del sistema; de hecho, que son garantes del sistema. Hay ciertas cosas que no pueden decir en público, aunque las piensen.
EliminarLa gente no va a la cárcel por razones estéticas. El delito de malversación tiene pena de cárcel, así que la mayoría de consellers acabarán condenados y en prisión, pero la prisión provisional que sufren ahora mismo es ridícula, desproporcionada y totalmente carente de motivación jurídica. Por eso precisamente podemos hablar de presos políticos. En cuanto a lo de Puigdemont en Bruselas, no creo que pase demasiado hasta que le extraditen a España.
En lo que sí te doy la razón es en lo del nulo sentido de Estado de Puigdemont. He leído a independentistas decir que es normal huir ante una imputación por la que te están pidiendo 30 años. Conforme. Pero es que este resultado era evidente. Si te pones al frente de un proceso que pretende romper con la legalidad de un país y atentar contra su integridad territorial (o, en otras palabras, si quieres ser un padre fundador de una nueva patria), una cierta valentía va con el trabajo. No me gusta hablar de heroísmo, pero debería haber previsto esta contingencia y no haberse puesto al frente del procés si no quería acabar así.
En cuanto a Sáez de Santamaría, es carne de gulag, sin duda xD
Querías decir gulash seguramente... aunque no sé si es peor, los veganos se te echarían encima :)
ResponderEliminarEs que no tienes miedo a la TIA?
A mí lo que me está dando bastante miedete es que es un paso más en la "dictatorización" de España y muchísima gente parece bastante conforme. Y lo difícil que es que mucha gente entienda que en derecho algo no puede hacerse por razones estéticas o cosas así. Sumándolo a bastantes cosas me da miedo ver en qué clase de país vamos a acabar viviendo.
ResponderEliminarGran entrada, felicidades por ella.
No, desde luego. Poco a poco vamos retrocediendo, y la gente aplaude.
EliminarUna buena entrada, que resulta rara en estos días donde todo debe ser blanco o negro.
ResponderEliminarlas banderas sirven para tapar los verdaderos problemas de la clase trabajadora.
ResponderEliminarSaludos.
;)
EliminarTe dejo esto aqui por si te interesa. Igual no, que ya se que os aburre mucho que los catalanes luchemos por la república, con lo bien que se vive manteniendo parasitos. Somos unos pesados, que hicimos huelga hasta conseguir la jornada de 8 horas, con lo bien que estaba la gente cuando trabajaba 14 horas, y les vinimos a fastidiar. Y unos quejicas, solo porque todos nuestros presidentes (desde 1914, cuando recuperamos algo del autogobierno perdido en 1714) han acabado en prisión y exilio, hasta fusilados (vale, menos maragall y montilla, que eran del psc), nos andamos quejando de que nos persiguen. Bueno, por si te aburre leerlo te lo resumo: "Defiendes tus ideas pacificamente y nos obligas a pegarte, asi que te encierro para que no causes violencia".
ResponderEliminarhttps://issuu.com/cebamix/docs/auto_desestima_apelacion_junqueras
El auto contra Junqueras es una barbaridad y apunta a un concepto de rebelión difícilmente sostenible, pero el rollo de "los catalanes mantenemos a los parásitos del resto de España" te lo metes un poco por donde te quepa. Gracias.
EliminarMe referia al rey y compañia, tu sabrás porque te das por aludido.
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