La entrada de hoy es obra de @SuraTallulah, colaboradora habitual del blog, a la que como siempre agradezco su tiempo, su claridad de análisis y sus ganas de poner por escrito lo que le pasa por la cabeza.
La semana pasada Ángeles Carmona, presidenta del
Observatorio contra la Violencia de Género, afirmó que “el piropo ha sido
siempre permitido y se ha asumido como algo normal, pero lo cierto y verdad es
que supone una invasión en la intimidad de la propia mujer porque nadie tiene
derecho a hacer un comentario sobre el aspecto físico de la mujer”. Como es
habitual, las declaraciones saltaron a las redes sociales y se abrió el debate.
¿Qué es y qué se
entiende por piropo?
Si buscas en la red, la primera definición que aparece para
piropo es “palabra o expresión de admiración, halago o elogio que se dirige a
una persona”. Parece una definición directa y general pero ¿qué es lo primero
que se te viene a la cabeza al escuchar la palabra piropo? A mí me vienen a la
mente exabruptos, ruidos, halagos y expresiones de temática sexual que he
recibido desde pequeña por parte de desconocidos y, en la mayoría de casos, en
la calle. No pienso en cuando mi pareja o alguien muy cercano con quien tengo
confianza me dice “guapa”. Esto también entra dentro de la definición de
piropo, pero no es en lo que pienso cuando se habla del tema. Básicamente,
cuando se habla de piropos, se me viene a la mente este mítico vídeo de la red:
Cortometraje Mi Señora
El piropo y la
cosificación de la mujer.
Ahora comencemos por el principio: la cosificación de la
mujer. A las mujeres se nos impone el deber de agradar al hombre, las mujeres
debemos ser deseables, sexualmente atractivas y tenemos que cuidarnos y
esforzarnos con tal fin. Una mujer no tiene valía como tal si no es guapa, si
no cuida su cuerpo y su aspecto físico, si no se afana en resultar físicamente
deseable. Todo esto os sonará a antiguo, muchos pensaréis que antes puede que
fuera así pero que ya no. Pues sí, hoy en día sigue siendo así. Este mensaje
nos llega constantemente desde la publicidad y los medios. Nos machacan a
diario con la idea de que para una mujer lo más importante es la imagen y nunca
es suficiente. Da igual lo que hagas: dietas, gimnasio, cirugía, maquillaje y
ropa. Nunca es suficiente.
De esta cosificación de la mujer se desprende la idea de que
una mujer desea o aspira ser piropeada como una validación de su cosificación.
Un piropo es la confirmación de que hemos alcanzado eso que tanto perseguimos:
ser atractivas, ser bonitas y deseadas. Eso que se nos pide, que se nos exige;
consigue la aprobación con el piropo.
Piropo y acoso
callejero.
Somos muchas las que entendemos, en la mayoría de los casos,
el piropo como acoso callejero. Recibir un piropo, que en muchos casos incluye
temática sexual, en un espacio público como es la calle y por parte de un
desconocido nos cosifica, nos intimida y nos humilla. Cuando el piropo versa
sobre lo que tú, hombre heterosexual, me harías si yo, mujer sexualmente
atractiva para ti, me “dejase” es una agresión verbal. Cuando el piropo
consiste en dejar constancia en voz alta
y de manera pública de lo que a ti, hombre heterosexual, te parece o te evoca
mi aspecto físico se trata de una agresión verbal. A través del piropo se nos
hace ver a las mujeres que nuestro cuerpo es de dominio público por lo que
cualquier hombre está en su derecho de opinar sobre él cuándo y dónde quiera.
En algunas ocasiones el piropo verbaliza una agresión
sexual. Cuando un hombre se siente con legitimidad para hacer conocer
públicamente lo que sexualmente le apetecería hacer contigo está desarrollando
un ejercicio de humillación y dominio sobre ti. Muchas somos las que hemos
llegado a sentir terror y miedo por nuestra integridad física al escuchar un
piropo. Porque muchas veces, aunque liviano y verbalmente bonito, esconde un
trasfondo de roles en los que el hombre domina y manda y la mujer se somete.
El piropo es temido en muchos casos hasta el punto de
hacerte cambiar de acera para no pasar frente a ese grupo de hombres o de
hacerte cambiar de recorrido hacia tu trabajo/centro de estudios para no pasar
por esa calle en la que han comenzado las obras de un edificio. Pensaréis que
es una exageración o que simplemente no hay que echar cuenta de esos piropos
pero lo cierto es que son muchas las niñas (sí niñas, menores de edad) y
mujeres que deciden hacer cambios en su vida para evitar este tipo de
situaciones porque se sienten violentadas y sienten miedo.
Reacciones.
Como he comentado al principio, a raíz de los comentarios de
Ángeles Carmona se habló y mucho sobre el piropo en la red. Muchas personas
interpretaron sus declaraciones como una imposición prohibitiva, otras
argumentaron en su contra a base de insultos y algunas personas respondieron
haciendo alusión al físico de la presidenta del Observatorio Contra la
Violencia de Género reafirmando así la base de esta práctica: la cosificación
de la mujer.
Imagino que muchos de los que estén leyendo este post habrán
pensado que soy una exagerada y una radical. Si tenéis dudas sobre lo que aquí
he escrito sólo os recomiendo una cosa: preguntad a las mujeres de vuestro
entorno con las que más confianza tengáis si alguna vez han sentido miedo ante
un piropo, si alguna vez han temido una agresión sexual tras un piropo, si alguna vez han cambiado de
acera para no pasar delante de un grupo de hombres, si alguna vez, en
definitiva, se han sentido intimidadas o humilladas por un piropo.
Es muy triste ver a un montón de gente (hombres sobre todo) defendiendo su supuesto derecho a decirle piropos a las mujeres. Suelen argumentar que hay que diferenciar entre piropo "galante" o educado y piropo-garrulada/acoso callejero.
ResponderEliminarPero en el fondo es lo mismo: es dar tu opinión sobre una tía que ni conoces y que va a su bolo por la calle. No sabes si a ella el piropo (por muy educado que sea) le va a parecer una agresión o si le va a incomodar. Cualquier opinión sobre el físico de los desconocidos sobra, es cuestión de educación y no meterte donde no te llaman.
Es cierto que eres radical, pero radical es bueno; hay que ir al origen de problemas para solucionarlos.
ResponderEliminarEs perfectamente comprensible lo erróneo de piropear, y está muy claro que no está referido a algo de confianza, donde además no hay roles, en un entorno íntimo tanto hombre como mujer pueden decir lo mismo; pero en este caso se asume un rol heterosexual masculino para hacer escrutiniio de una mujer, o de la percepción obligada de; y además el tono.
Un campo de batalla que hay que ganar.
Personalmente he cambiado mis itinerarios para evitar pasar por delante de obras o de otros sitios en los que sabía que se podían dar estas situaciones, como la puerta de algunos bares muy concurridos. Si entro en una calle y me encuentro con una situación así suelo darme la vuelta y, si es demasiado tarde, me cambio de acera.
ResponderEliminarUna noche salía de casa y un chico me estuvo persiguiendo durante 10 minutos susurrándome "piropos" e intentando que me parara a hablar con él. En vez de seguir por donde tenía que ir me dirigí a una avenida más concurrida y tomé un taxi.
Leed el articulucho de Juan Manuel de Prada en el ultimo numero de XL Semanal sobre el tema de los piropos. Es para mear y no echar gota.....o mas bien para partirle los piños con un ladrillo. Ascopena
ResponderEliminarYo nunca he piropeado a nadie, nunca lo he considerado necesario ni util ni me ha dado la gana hacerlo para nada, pero pensando hoy en el tema se me ha ocurrido que quizás el piropo insultante deja al descubierto algún asaltante sexual y permite a la víctima zafarse, cosa que si va callado quizás no ocurra, no se, quizás sea util para eso
ResponderEliminarSí, bastante repugnante que te digan que tus tetitas, que tan delgadita..., uf.., asqueroso.
ResponderEliminarYo creo que además de los piropos está el hecho de que decir piropos van de la mano de lo contrario, quiero decir que quienes se dedican a piropear yo creo que son los mismos a los que les parece bien insultar a las mujeres que no les gustan o que no les hacen caso.
ResponderEliminarQuiero decir que a mí lo mismo me han dicho piropos que me han llamado "fea" por la calle. Completos desconocidos. Los mismos que otro día podrían decirme otra cosa.
Y las dos cosas, para mí por lo menos, son igual de intimidantes, desagrables y humillantes.
Anda, cardo de mierda, ya quisieras tu, que cualquier persona (hombre o mujer) animal o cosa te dijera algún piropo alguna vez. El problema es que das tanto asco que ni tu madre te ha dicho algo bonito una vez. Hay que ser frígida
ResponderEliminarA mi me molesta lo mismo cuando alguien me sonrie y me dice guapa al oido, como cuando me gritan gorda dese la cera de enfrente. No soy un cuadro en la pared para que la gente opine sobre mi aspecto.
ResponderEliminarKate Beckinsale es muy guapa.
ResponderEliminarCon mi adorada actriz inglesa he dicho lo que siempre he pensado,que es muy guapa.Sin embargo,esta palabra,como los piropos,tiene una connotación guarrindonga (la mujer puede pensar que el hombre que lo dijo está salido perdido) y puede malinterpretarse de una forma extrema.Este tipo de polémicas son interminables y poco interesantes."Guapa",suena mal,"princesa" esta mejor pero,hay que acabar con los piropos??.Yo resisto bastante bien (creo) la soledad pero si estoy con gente me gusta ser sociable,hay algo muy inquietante en un grupo de personas y todos en silencio y si te gusta algo de otra persona, porque no se lo vas a decir??. Aunque ya estamos con las mentalidades,las ironías,los malentendidos,la adulación,el piropo "buscando algo",las interpretaciones o la propiedad ("nadie tiene porque decirle nada a mi hija ni a mí mujer".Son situaciones que pueden generar graves problemas.
ResponderEliminarAún así,yo sí digo piropos intentando ser artista.Una amiga vino de desayunar fuera y yo le pregunté "cuantos hombres te perseguían??".A otra le dije "Yo por tí y por tu hijas daría mi vida entera". También "sólo me interesa tu felicidad".O "no os acerquéis más,sois tan bella que me pongo nervioso perdido"Me gusta mucho este:"Hay algo que nunca os he contado: siempre he soñado con ser vuestro lacayo, vuestro chófer o jardinero". Alberigo CARACCIOLA.Los Boliches MÁLAGA).
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