Esta entrada tiene como objetivo definir
el concepto victim blaming, ya que varias personas me han preguntado qué
significa a raíz de mis comentarios sobre la difusión ilícita de unas selfies de Jennifer Lawrence en tetas.
Dado que el término se suele emplear en inglés, le voy a dedicar unas líneas.
Victim
blaming significa “culpabilización de la víctima”. Consiste básicamente en
afirmar que la víctima de un delito (1) es parcial o totalmente responsable del
mismo. Implica una inversión de la responsabilidad, de tal modo que el foco de
la conversación pasa de estar centrado en el delincuente para estarlo en la
víctima. Se deja de hablar de unos hechos delictivos para pasar a juzgar el
comportamiento de la víctima: lo que hizo para “favorecer” el delito, lo que no
hizo para evitarlo, o incluso sus costumbres sexuales.
He dicho “costumbres sexuales” porque el victim blaming se produce señaladamente
(aunque no en exclusiva (2)) en delitos sexuales contra mujeres. Todo el
discurso sobre la longitud de la falda, el camino de regreso a casa, el
aprendizaje de autodefensa visto como deber, los límites al coqueteo con
hombres... todo eso es victim blaming.
También lo son los juicios sobre cuándo debe una famosa hacerse fotos eróticas,
dónde debe almacenarlas y a quién debe mandarlas: precisamente el caso que
suscita esta entrada. Y, en casos como el de Christy Mack, las afirmaciones
sobre lo idiota que fue ella por liarse con su agresor.
El victim
blaming puede ser más o menos sutil. Todo el mundo puede identificar (y
criticar) el más evidente, el grosero “la culpa es suya por vestirse como una
puta” que suelta el borracho en la tasca. Pero en realidad constituye victim blaming cualquier discurso que,
dígalo como lo diga, redistribuya las culpas. Y eso es muy fácil de encontrar en
nuestro discurso cotidiano. Sí, también entre hipsters modernos de barba y
gafas de pasta o incluso entre activistas presuntamente concienciados.
Este segundo nivel de victim blaming, más sutil, suele empezar
con una declaración del estilo “no, a ver, la culpa es siempre del violador, muerte
a los violadores, PERO”. En general, cuanto más largo sea este disclaimer previo peor será la burrada
posterior. Puede ser una mención a las medidas de protección que debería haber
tomado la víctima, una referencia a lo “idiota” o “descuidada” que es, una
afirmación sobre la sexualidad masculina como algo incontrolable y desbordado (“si
provocas ya sabes a lo que te expones”) o cualquier cosa en la misma línea.
Es este segundo tipo de victim blaming el que me preocupa,
porque está presente en todas partes. Cuando lo señalas la respuesta tipo suele
ser “¿yo? ¿Yo culpar a la víctima? No, si yo no digo que la culpa sea de ella
SINO QUE…” y te lo vuelven a explicar, normalmente exigiéndote que le pidas
cuentas al borracho de la tasca que dice que todas putas. “¡Ese sí que culpa a
la víctima, y no yo que SIMPLEMENTE DIGO QUE…!” Porque asumir que la estás
cagando es complicado.
El victim
blaming no se da sólo entre amigos y familiares, sino también, y por
desgracia, en instituciones policiales y judiciales. Es parte de lo que se
suele llamar “victimización secundaria”, que no es otra cosa que el calvario institucional
que tiene a veces que pasar la víctima para conseguir que se haga justicia. Como
parte de este peregrinaje la agredida puede encontrarse con un sistema que no
la escucha, no la comprende e incluso la acusa por no adoptar las “precauciones
básicas” que se le ocurran al funcionario de turno en ese momento. La victimización
secundaria es un problema real, hasta el punto de que existen instrumentos
legales sobre violencia contra las mujeres que la mencionan para prohibirla (3).
El victim
blaming, la culpación de la víctima, no es algo puntual o individual. Es un
comportamiento general, cultural si se quiere. Hace un daño terrible porque
incita a las víctimas a mantener en silencio su experiencia, a no hablar y a no
denunciar, no sea que las cosas se pongan peor. Actúa como reforzador de la
cultura de la violación: mantener calladas a las víctimas, hacer que no se
pongan en contacto entre sí, reciban apoyo o busquen ayuda externa, es esencial
para mantener la impunidad.
La parte buena es que todo el mundo puede
hacer algo para luchar contra el victim
blaming. Con no reproducir esa clase de discurso ya se está haciendo algo. Evidentemente,
lo óptimo es señalar a quien lo haga: puede parecer difícil, pero una vez
entiendes por qué la culpación de la víctima da asco sale solo. Conviene
también informarse sobre los mitos que rodean la violación y sobre por
qué son falsos, y sobre qué hacer cuando te cuentan una agresión sexual. Y, si alguien te señala a ti por estar reproduciendo esta clase de discurso, por favor no te encastilles y mira por qué te lo dicen.
¿El objetivo de todo eso? Que la víctima se sienta comprendida, apoyada y, sobre todo, no
juzgada.
(1) Aunque la frase no fue usada
originalmente para referirse a delitos, sino para criticar una teoría que
sostenía que la pobreza de las comunidades negras en EE.UU. se explicaba por
una pauta cultural que tendía a la desestructuración de la familia nuclear.
(2) Mirad, por ejemplo, los comentarios
de este vídeo sobre un chaval al que echan de casa por ser homosexual. Las
culpas van a él: por hablar sobre sus padres en Facebook, por esperar que sus
padres le acepten, por elevar el tono de voz cuando le están echando de casa y
forcejeando con él, por grabar el vídeo sin que sus padres lo sepan, por no “respetar”
su homofobia… ¿Las menciones a la asquerosa actitud de los padres? De pasada y
desde la equidistancia.
(3) Por ejemplo, el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra lasmujeres y la violencia doméstica (Convención de Estambul) menciona este
fenómeno varias veces (artículos 15, 18 y 56). Conviene recordar que España ha
ratificado este tratado internacional, que ya está en vigor.
Gran trabajo.
ResponderEliminarUna duda ¿Existe un término similar para cuando se diluye la responsabilidad del agresor en otros objetivos que no son la víctima? Se me ocurre el típico "La asesinó, pero es que esta sociedad es muy permisiva con ese tipo de conductas".
Gracias.
EliminarNo sé si existe un concepto para lo que mencionas, la verdad.
Lo que usted comenta en realidad no es más que un sesgo cognitivo de generalización. Si me apura, una falacia de blanco móvil. La base del sesgo es descargar la culpa o la responsabilidad en un ente abstracto, amplio, difuso o difícil de definir o concretar, de este modo se hace imposible o muy difícil actuar contra ello al no tener nada realmente definido. Otro ejemplo, la clásica discusión de economía de Bar Paco en la que alguien dice: "es que la culpa es del sistema". No vamos a negar que el capitalismo ha demostrado ser una manera eficaz de dar alas a los tiburones, pero vemos aquí una vez más que en vez de fijar la atención sobre responsables concretos (empresas, gobiernos, personas o leyes en particular) se opta por esta solución de manotazo sobre la mesa y clamar al mundo. Donde pone "sistema" ponga "sociedad" y ya está, también vale.
EliminarA lo que también me recuerda ese argumento es cuando alguien justifica el statu quo por injusto que sea. Y he visto auténticas barbaridades al respecto. Ejemplo: cuando alguien te dice que sí sí, que el señor Mercadona será todo lo malo que quieras con sus empleados, pero qué le vamos a hacer, "en estos tiempos que corren..."
En resumen, (que vaya chapa os estoy soltando) ahí lo que hay es una mezcla no infrecuente de generalización y defensa soterrada del statu quo.
Existe un concepto y tengo entendido que se llama justamente "victimización del culpable".
EliminarComo bien dice Erebus tiene que ver con una justificación o un descargo de la culpa en algo ajeno al culpable y de lo que este mismo es víctima.
En casos de violencia de género se suele, por ejemplo, hablar de la naturaleza bestial, salvaje del hombre, la razón por la que no puede evitar accionar de la manera que lo hace (y muchas veces REaccionar porque la ecuación suele venir emparejada de la culpabilización de la víctima también).
La sutileza con que se presenta esta segunda cara de la moneda es incluso mayor que en el victim blaming, pues muchas veces solamente se da en la utilización de ciertas palabras que hacen parecer inevitables los acontecimientos pues responden a la naturaleza de las cosas.
Hacía mucho tiempo no leía algo tan sumamente mediocre y vulgar pero para más inri aparece como noticia destacada en un portal de información seria como lo es nodo50.org. Vaya si se nota que la memez está ganando enteros. Ah por supuesto el no cantar loas a semejante libelo es ya una prueba irrefutable de que el Ted Bundy que llevo dentro se ha sentido profundamente herido y para vengarme ante semejante afrenta nada más terminar de regurgitar mi descontento en este blog lo primero que haré será buscar mi próxima victima....
ResponderEliminarAy... Ahora hablando enserio. Nadie pone en duda (y quién lo hace si es un ser infame) que a día de hoy, año 2014, en esta factoría de la barbarie que es nuestro mundo quienes más sufren las consecuencias de dicha barbarie son las mujeres y los niños, eso no tiene discusión.
Pero de ahí a sacralizar a la victima hasta el extremo de elevarla a la cualidad de ente divino libre toda culpa o sospecha es una maniobra bastante burda y falaz de intentar crear conciencia sobre algo tan delicado como es la violencia contra las victimas, especialmente mujeres y niños o de actos nefandos. Máxime el ejemplo que usa para validar semejante panfleto. Me estoy refiriendo al incidente ocurrido con la actriz porno Christy Mack (para los más curiosos aquí tenéis un enlace para poneros al corriente http://www.orgasmatrix.com/fotos/christy-mack-malos-tratos-heridas-war-machine/)
Eh...El Sr que agredió a la actriz en cuestión ya había sido detenido con anterioridad por actos relacionados con la violencia y si, bajo mi punto de vista se lo ha buscado. (JODIDO DEFENSOR DEL PATRIARCADO DE MIERDA-MISÓGINO, dirán los más puritanos).
En mi experiencia personal estoy H-A-R-T-O de ver el síndrome de Estocolmo que desarrollan muchas mujeres con respecto a hombres que las denigran y de las cuales un servidor ha sido su paño de lágrimas en no pocas ocasiones (Esto ya es un tema cultural, creo yo). Retomando el tema, el ejemplo claro de esto que he dicho antes es la actriz porno a la cual su (ex)novio le ha regalado una brutal paliza.(Paliza patrocinada por la estupidez y el victimismo, para más información preguntad a Christy Mack).
Lo mejor de todo es que una vez exhibido el resultado de la paliza vía Twitter-Internet esta mujer se ha ganado ya el favor de los traficantes de miserias ajenas para sacar rédito a su "descomunal drama".
Si realmente quieres concienciar sobre esta lacra que se cierne sobre nuestro mundo (la extrema violencia contra mujeres y niños) usa como base el libro de Lydia Cacho "Esclavas del poder" o "Los demonios del Eden". Éste último de la misma autora, en vez de usar un incidente del todo previsible como el de Christy Mack, la cual, dicho sea de paso, le ocurrió eso porque su raciocinio es inversamente proporcional a su descomunal belleza ¿resultado de semejante desequilibrio? ya lo sabemos...
Ah si y para finalizar, me descubro, soy el califa del victim blaming en Occidente, yo lo invente!!! Ay... estos putos progres, nuevos ricos de la moralidad, autoerigidos en rectores de la buena conciencia son tan recalcitrantemente puritanos y demagogos que es difícil no tener arranques violentos para con ellos.
Yo y el harén de mujeres y niñas que tengo amordazadas en el zulo para mi disfrute personal te mandamos un saludo ;)
Precioso ejemplo de culpabilización de la víctima, nice guy. Gracias por cumplir la ley de Lewis.
EliminarTe habrás fijado que habla de Síndrome de Estocolmo como si fuera un caprichito de la víctima y no un síndrome real, un daño más causado por el agresor. Es como decir: "Ahí sin escaparse con la excusa de que le han partido las piernas, será idiota"
ResponderEliminarEn fin
Sí, me he fijado. En eso, en la frustración de "yo fui paño de lágrimas", en ese "pero" que es la primera palabra de un párrafo... es PERFECTO.
EliminarEste tema es delicado y no sé muy bien cómo aproximarme a él, porque tengo muchas dudas. Seré directo, aunque quede como un machista idiota (que lo soy, pero en intentar salir de ello estamos).
ResponderEliminar- Casos como el de las chicas que enseñan los pechos en San Fermines. A ver, no digo que por enseñar las tetas estés dando consentimiento de ningún tipo para que te las toquen, pero si ves que a las demás que las enseñan se las tocan, y tú no quieres que te las toquen a ti, ¿por qué enseñarlas en primer lugar? No digo que si decides enseñarlas no te puedas quejar luego de los tocamientos, ni que haya que exculpar a los que tocan, pero era bastante previsible y por tanto, evitable.
- Otro tema. ¿No es razonable tomar ciertas cautelas cuando se vuelve de fiesta (por ejemplo) a las tantas de la madrugada y borracha? De nuevo, no quiero decir con esto que si se da una violación es culpa de la víctima, pero yo cuando salgo de fiesta, para evitar atracos (algunos amigos ya los sufrieron), procuro ir acompañado, pedir un taxi, evitar barrios peligrosos, etc. ¿No es razonable esto?
En definitiva, estoy de acuerdo en que no hay que responsabilizar a la víctima ni exculpar al que causa el daño, pero también creo que un poco de precaución nunca está de más. ¿Por qué parece que es incompatible sostener estos dos postulados?
Porque nunca es "un poco de precaución". Los consejos antiviolación que se dan pueden parecer razonables de uno en uno, pero nunca vienen de uno en uno. "No te levantes la camiseta en una multitud" y "Cuidado cuando vuelvas a casa sola y borracha" pueden tener sentido, pero se acumulan con mil más: "Aprende autodefensa", "No pares en mitad de un polvo", "No seas calientapollas", "Vigila todo el rato tu bebida", "No te quedes a solas con desconocidos", etc. Empezar a dar esos consejitos es asomarse a una pendiente resbaladiza muy chunga, por muy buenas intenciones que se tenga.
ResponderEliminarLo que se termina generando con estos consejos es un estado de miedo, de alerta permanente, que nadie debería vivir. Este estado facilita culpar a la víctima: si tiene tantas obligaciones encima, lo más normal será que incumpla algunas. Se suele justificar diciendo que "tú no vas con la cartera en la mano por la calle" o "no te dejas el coche con la llave puesta", pero es una equiparación falaz, porque guardar la cartera en el bolsillo o sacar la llave del contacto son actos casi automáticos, que no nos ocupan más de unos pocos segundos.
En segundo lugar, estos consejos antiviolación son contradictorios con otros consejos que reciben las mujeres. Pregúntale a cualquiera de tus amigas qué pasa si está todo el rato vigilando su bebida, si cuando queda con un tío pacta una llamada de seguridad o si se niega a quedarse a solas con un hombre al que acaba de conocer. Porque yo te apuesto lo que quiera a que le llueven las acusaciones de exagerada, borde, estrecha y demás. ¿Cómo se conjuga eso?
Finalmente, los consejos antiviolación tienden a ser ineficientes. De los dos ejemplos que das, el segundo no es muy útil. ¿Por qué? Porque las violaciones las cometen en una amplia mayoría personas del entorno de la víctima. Centrarse en la narrativa de desconocido-en-callejón simplemente permite que ese mito siga viviendo.
Dicho esto: nunca viene mal un poco de precaución. Puedo aceptar el consejo de "no vuelvas a casa a solas", porque es relativamente sencillo de seguir, no limita demasiado tu libertad y sirve para protegerte de una amplia variedad de consecuencias desagradables. Pero ya. El de la camiseta en San Fermín me fastidia. ¿Por qué se pone el foco en lo que debería haber hecho la tía para evitar un manoseo en vez de en la pandilla de imbéciles borrachos que son incapaces de diferenciar entre "enseñar" y "consentir"? Entiendo la lógica del consejo, pero es que entiendo la lógica de todos los demás... y precisamente por eso creo que no hay que meterse en esos jardines.