El
temario de las oposiciones de juez es, si no el más largo de todos los que se
estudian en España, sí uno de los del top 5. Derecho civil, penal, procesal,
contencioso-administrativo… todo metido en plan embudo hasta que aprendes a
cantarlo como un papagayo. Uno se preguntaría si no sería mejor otro sistema de
selección, no solo por los indudables sesgos de clase que tiene el modelo de
oposiciones (¿quién puede permitirse estar tres, cuatro, cinco años encerrado
en casa sin trabajar ni cobrar?) sino porque, con todo lo que estudian, acceden
a la plaza con lagunas enormes en diversas materias.
Por
ejemplo, derechos fundamentales.
Creo
que solo desde el desconocimiento más absoluto en materia de derechos
fundamentales se puede explicar la sentencia del Juzgado de lo Contencioso-administrativo nº2 de Santiago de Compostela, en el que declara
válida la norma que obliga a un alumno a escoger la asignatura de Religión si
quiere cursar otras asignaturas de Bachillerato como Tecnología Industrial,
Dibujo Artístico, Anatomía Aplicada o Volumen. Por desgracia no he podido
acceder a la sentencia, solo a los párrafos citados en prensa, pero el
argumento del juez queda bastante claro.
La
situación es la siguiente: en 1º de Bachillerato, los alumnos gallegos tienen
32 horas lectivas a la semana, de las cuales 26 están ocupadas con asignaturas
troncales: lengua castellana, lengua gallega, inglés, educación física, las
específicas de su modalidad, etc. Las 6 horas restantes deben repartirse entre
asignaturas específicas o de libre configuración, de las que tienen que escoger
dos o tres. Las hay de una, de dos, de tres y de cuatro horas semanales. Si
miráis el decreto que regula la ESO y el Bachillerato en esta Comunidad
Autónoma (más en concreto su Anexo V, página 1488) encontraréis la carga
horaria.
¿La
habéis visto ya? ¿Veis cuál es el problema?
En
efecto. Hay varias asignaturas de cuatro horas, varias asignaturas de tres y
varias de dos, pero solo una materia de una hora semanal: la Religión. La
Religión, que normalmente será la católica, que puede ser de otra confesión,
pero que en todo caso me da igual. Eso quiere decir que, si yo soy un
estudiante gallego de 1º de Bachillerato tengo tres opciones:
- O me cojo una materia de 4 horas y una de 2.
- O me cojo tres materias de 2 horas.
- O me cojo una materia de 3, una de 2 y la única de 1, es decir, Religión. Una asignatura de adoctrinamiento, creada para venderte lo buena que es la Iglesia católica.
¿Que
quiero dar materias de 3 horas sin pasar por el aro de una asignatura
confesional? Me jodo y pedaleo. No hay ninguna opción para mí.
No
puedo entender cómo el Juzgado no ha visto que aquí hay una discriminación.
Quizás es que no ha querido verlo. Dice la sentencia que no se discrimina
porque “el alumno y sus padres, de entender que no era de su preferencia la
materia de religión, tenían otras alternativas para conseguir las seis horas
semanales”. Es decir, que se permite que los no católicos (porque, no nos
engañemos, la asignatura de Religión es religión católica en el 95% de
ocasiones) terminen el Bachillerato sin someterse a un año de adoctrinamiento
forzoso. Pues muchas gracias, supongo. Pero aun así, esto es discriminatorio.
¿Por
qué? Simple. Porque se está tratando de forma desigual a personas según su
confesión. A los católicos se les permite acceder a todas las asignaturas del
currículo; a los no católicos, no. Y esa diferencia no tiene ninguna
justificación, porque no hay nada en Dibujo Artístico o en Tecnología
Industrial que fomente este sesgo pro-católico. Se trata simplemente de que el
programa se ha construido para hacer que mucha gente se matricule en Religión,
supongo que para maquillar números o para intentar conseguir alguna conversión
suelta en alguna clase especialmente inspirada. Que la cosa está muy mal, y
como ya no hay hambre generalizada se están quedando sin clientes.
Otro
aspecto controvertido de la sentencia es que evita derivar cualquier
responsabilidad a la Xunta de Galicia y centra todo el problema en el instituto
que no ofertó más asignaturas de una hora. Es cierto que los centros pueden
ofrecer otras asignaturas distintas de las previstas en el decreto. La tan
cacareada Robótica, que se ha mencionado en todas las noticias sobre el tema,
pertenecía a este grupo, junto con otras que se daban en ese instituto como
Antropología o Coeducación para el siglo XXI. Para eso hay un proyecto
educativo y los centros tienen una autonomía.
Pero
un centro educativo no puede tener la responsabilidad de solucionar una
discriminación que tiene ámbito legal y autonómico. Si aquí el problema es que
el decreto que regula el Bachillerato monta un currículo discriminatorio, la
solución es distribuir la carga horaria de otra forma a nivel autonómico, no
esperar que cada centro se invente asignaturas extra de una hora semanal. No se
puede compartir el argumento del juez de que la discriminación la ha producido
el centro, porque el centro no está obligado más que a seguir el decreto
autonómico.
Estamos
ante lo que en derecho administrativo se llama “elementos normativos
desgajados”. Se trata de una norma partida en trozos, cada vez más concretos. A
la hora de establecer los currículos educativos de Bachillerato hay una ley
nacional, unas normativas autonómicas y luego la oferta final de cada centro.
Si en el segundo paso se introduce una discriminación, el tercero quizás pueda
arreglarla, pero en el caso de que no lo haga, culpar de la discriminación a
este tercer actor es hacer trampita jurídica.
No
sé si el chaval discriminado querrá recurrir esta sentencia o preferirá dejarlo
estar, dado que es muy probable que ya haya superado el 1º de Bachillerato cuyo
inicio provocó este proceso. Yo le animaría a que continuara. No sé si lo
político puede ganarse, así que nos queda lo judicial, que a veces alguna
alegría sí da.
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Como gallego, esta sentencia me avergüenza.
ResponderEliminarAquí comentas una cosa, que la religión a dar será la católica en el 95% de los casos. Ya te digo yo que es el 200%. En Galicia pasa una cosa curiosa que no sé si se da en el resto de España. Si tu vas a una iglesia, cuando sea, lo que vas a ver es gente mayor, que son los que van a misa voluntariamente, y si vas un domingo, igual pillas a los chavales que van obligados. Porque la mayoría de la gente de menos de 60 no va a la iglesia por norma, pero por aparentar sí manda a los críos a catequesis o celebran bodas o bautizos con el rito católico en la iglesia. Mis padres nunca han pisado una iglesia por orto motivo que no fuera aparentar delante de la familia y a mi me mandaron a catecismo.
El caso es que (y esto es impresión mía), el resultado de esta hipocresía es que la mayoría de la gente de mi (nuestra, creo) generación ya pasa incluso de aparentar, pero los que están en el poder (Feijoo y cia) son de la generación de mandar a la gente a misa aunque ellos no vayan y la iglesia sigue teniendo poder aquí y parece que existe una cultura de que los profesores sean los que reparen estos embolaos.
Ay, los católicos no practicantes (pero sí aparentantes), qué bonitos son. Sí, hay un salto generacional notable. No sé si viste esta entrada mía, del mes pasado, donde hablaba sobre el hundimiento de la gente que se autoidentifica como católica: https://asihablociceron.blogspot.com/2019/08/espana-ha-dejado-de-ser-catolica.html
EliminarYa hay más personas no creyentes (ateos, agnósticos e indiferentes) que católicos practicantes, y la cifra total de personas que se declaran católicas no deja de descender.
Nada, inspirado por la serie "Is it wrong to try to pick up girls in a dungeon?" (español: "¿Está mal intentar ligar en una mazmorra?", abreviada "danmachi"), propongo comenzar un culto al poderoso dios Ganesha ( https://danmachi.fandom.com/wiki/Ganesha ) a fin de crear una asignatura semanal en la cual se estudie dicha religión a base de ver las dos temporadas de la serie y la temporada Spin-Off "Sword Oratoria".
ResponderEliminarLa religión como únicos requisitos incluye que sus sacerdotes vayan vestidos con una máscara de elefante ridícula y de sus fieles requiere que monten y se vayan de juerga todos los días que puedan. No prohibimos comer ningún tipo de alimento, es más, animamos a comer y beber hasta reventar.
También veneraremos a la diosa Hestia, diosa del hogar y la familia y patrona de los puestos ambulantes de comida rápida y de las hipotecas, venerándola a base de comer patatas fritas.
Hala, ya que ponen a los alumnos a perder una hora de clase a la semana a base de mitos, por lo menos que se lo pasen bien.
Imagínate cómo se me llevan a mí los demonios con el tema, siendo opositora para educación en Galicia y encontrándome, cada vez que abro el decreto correspondiente, con ese panorama...
ResponderEliminarDando palmas con las orejas estarás.
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