Vivimos en un mundo que alardea de
liberación sexual. En realidad ese alarde es falso: si indagas un poco en el
pensamiento de cualquier persona que diga con orgullo “yo para esto del sexo
estoy liberado, todo me parece bien” verás como parece que ha desayunado
censores, de tan rápido que acuden a su boca las desvalorizaciones hacia las
prácticas sexuales ajenas. Pero bueno, mal que bien, formas alternativas de
sexualidad (como la no monogamia o el BDSM) van teniendo su visibilidad y sus
espacios para expresarse (1).
Sin embargo, hay una actividad sexual que
sigue estando absurdamente estigmatizada, sobre todo si tenemos en cuenta que
todo el mundo la practica. Me refiero, claro está, a la masturbación. Si te
haces pajas eres un fracasado. Y hablo en masculino porque las mujeres, como
todo el mundo sabe, ni se masturban ni ven porno ni nada de nada. Pero si lo
hicieran seguro que también serían fracasadas. En cualquier caso, hablaré de la
masturbación masculina, que es la que conozco.
Creo que no hay que insistir mucho en la
vinculación entre hacerse pajas y ser un fracasado social. Basta con buscar
esas dos palabras (“fracasado” + “pajas”) en Google o Twitter para que mi tesis
quede confirmada: en el contexto social, un triunfador no se hace pajas. Masturbarse
es el mal menor, el recurso del que no puede conseguir tener relaciones
sexuales “de verdad”. Un pajillero es alguien sin habilidades sociales,
probablemente gordo y feo, que pasa los días encerrado en su cuarto frente a la
pantalla del ordenador. Yo he visto a amigos míos, gente supuestamente
concienciada con el tema de la libertad y la diversidad sexual, mandar a gente
a hacerse pajas… y me ha dado mucha tristeza, porque prueba que es algo que
está en todas partes.
Al fin y al cabo, ¿qué problema hay con
masturbarse? Es una forma maravillosa de liberar tensión, de conocer el propio
cuerpo, de explorar fantasías y, qué hostias, de obtener placer sexual. No es
muestra de una sexualidad “imperfecta” o “incompleta” ni signo de que quien lo
practica sea incapaz de tener encuentros sexuales con otras personas. Si fuera
así estaríamos ante un problema preocupante: ¿de verdad hay tanta gente que no
se masturbe con una cierta regularidad? Lo dudo mucho. Tocarse no es algo de
adolescentes salidos, de treintañeros fracasados o de maduros con problemas
sociales: es algo que, en mayor o menor medida, hacemos todos.
Y entonces, ¿por qué el estigma? ¿Por qué
“matarse a pajas” es algo digno de pena o de burla? Pues porque va contra la
misma idea de masculinidad. Todos sabemos que los hombres tenemos que ser
sexualmente muy activos y follar con muchas (2). Si no lo conseguimos toda esa
potencia sexual queda contenida, así que hay que liberarla de alguna manera:
mediante la masturbación. Hacerse muchas pajas (donde “muchas” es una cantidad
totalmente arbitraria) es un signo de que no estamos consiguiendo nuestra meta
como varones. En definitiva, un pajillero es “menos hombre” que alguien que
folla mucho. Precioso, ¿eh?
Pero vayamos un paso más adelante. ¿Hay
algo más triste que alguien que se mata a pajas? Sí: alguien que se mata a
pajas teniendo pareja. El epítome del fracaso: con pareja y no folla. Porque
todos sabemos que una pareja debe cubrir todas y cada una de nuestras
necesidades sexuales. El razonamiento es el mismo (si no follas mucho has
fracasado como hombre), pero agravado por el hecho de que se supone que ya
tienes a alguien que folle contigo. ¿No es eso para lo que se tienen las
novias? ¿Para calmar la sensación de fracaso que está siempre acechando detrás
de la masculinidad hegemónica? Porque sí, la masculinidad está construida
encima de un pozo ciego de inseguridades y amenaza constantemente con caerse
dentro.
El estigma no tiene ninguna razón de ser.
Los hombres no somos seres de potencia sexual desbocada que tengamos como
objetivo follarnos a todo lo que se mueva. Quien folla mucho no es admirable y,
lógicamente, quien folla menos (y se pajea mucho) no merece burla o escarnio. Aunque
en realidad esta dualidad es falsa porque, oh, el que folla mucho también se
masturba. Porque, metámonoslo en la cabeza de una vez, masturbarse es bueno y
agradable.
Resulta sorprendente toda la mitología
que se ha montado sobre algo tan sencillo y placentero como es el acto de
acariciarse la entrepierna. No voy a terminar diciendo “haceos pajas” porque ya
os las hacéis. Simplemente reconocedlo y, por favor, dejad de usar como insulto
algo tan positivo.
Y ahora, si me disculpáis…
(Muchas
gracias a @MyFreedom14, que me dio las claves para enfocar este artículo)
(1) Con el consiguiente riesgo de ser
fagocitadas y normativizadas, pero de eso hablaremos otro día.
(2) Al contrario que las mujeres, a las
que todos sabemos que en realidad no les gusta el sexo. Lo cual explica por qué
no se hacen pajas, y por qué si lo hacen son unas viciosas.
Fenomenal artículo, pero has olvidado el mito de la masturbación femenina con pareja heterosexual, la de la mala mujer egoísta que o bien no cuida de su hombre o está indicando que es poco hombre, además de ser como la Bruja Escarlata porque preferirá una máquina o un montón de plástico a alguien de carne y hueso...
ResponderEliminarCreo que haré uno similar, pero con referencias pre-modernas ¡Los mitos y leyendas son muy divertidos con pollas y vaginas añadidos!
¡Lo dicho gran artículo!
Gracias ^^ No lo he olvidado, pero sobre los mitos de la masturbación femenina sé nada y menos, por lo que he preferido no hablar de ellos. Además, quería centrarme en la relación entre estigma y masculinidad. Ya me lo pasarás si lo escribes ;)
EliminarSi eres mujer está doblemente estigmatizado me parece a mí... No con el "eres un fracasado que no consigue ligar y se tiene que matar a pajas" sino con algo así como "eres una guarrilla de mucho cuidado". Y ya no digamos si dices que ves porno... Me llama también la atención lo mucho que le cuesta a la gente hablar de sexo, principalmente a las mujeres, por lo menos las que yo he conocido.
ResponderEliminarSí, es posible; ya digo que sobre los mitos de la masturbación femenina prefiero no hablar porque no los conozco. Sí que sé que se supone que a las tías no les gusta el porno y que no hablan de sexo, aunque yo he conocido a bastantes mujeres que hacían ambas cosas de forma reconocida y abierta.
EliminarYo recuerdo que cuando tenía once años te tenías que hacer pajas o eras un fracasado, yo ni sabía como se hacían.... cuando cumplí los trece y me empecé a hacer pajas ya todo el mundo presumía de lo mucho que follaba....jajajajajajaja
ResponderEliminarJajajajajajajaja, hasta los estigmas crecen.
EliminarMuy de acuerdo, especialmente: "Porque todos sabemos que una pareja debe cubrir todas y cada una de nuestras necesidades sexuales. [...] ¿No es eso para lo que se tienen las novias? ¿Para calmar la sensación de fracaso que está siempre acechando detrás de la masculinidad hegemónica?". Qué tristeza haber vivido eso en mis carnes y conocer a mucha gente que piensa así...
ResponderEliminarSólo una cosita (lo siento por ser tiquismiquis): tengo un amigo asexual. No se masturba.
Por lo demás, ¡gran artículo! :)
Sí, es que cuando leo por Internet a ciertos tíos me da la sensación de que de verdad ven a sus novias como un seguro anti-secano que a veces tiene necesidades molestas (como ver una peli o comer juntos) que se toleran mientras se folle.
EliminarY no eres tiquismiquis. Yo soy alosexual y escribí el post desde esa perspectiva; me temo que me olvidé de las personas asexuales >.<
Para eso mejor una follamiga, ¿no? ¿O es que es gente que tiene novia porque "hay" que tener novia?
EliminarMuy triste, se mire como se mire.
No, hombre, follamiga no, que entonces se puede follar a otros. La muy guarra.
EliminarA ver, sin quitarte en todo momento la razón, creo que la expresión "matarse a pajas" incluye esta connotación que expones pero también otra, la de "matarse a...". O sea, yo no soy creyente ni religiosa, pero cuando se habla del pecado creo que uno de los enfoques es el de redundar en una conducta perniciosa para uno mismo y los demás. O sea, yo soy pecadora porque follo todo lo que me apetece con mi novio? No, soy pecadora porque fumo y no debiera, que me voy a morir de un cáncer. En mi mente, "matarse a pajas" es malo porque nada en exceso es bueno. Que qué son demasiadas pajas entonces? Pues sí que es cierto que masturbarse mucho puede desvincular el placer sexual en la mente de estímulos físicos que no sean el de tocarse, y claro, si a parte del onanismo quieres incluir otro tipo de sexo, por ejemplo las prácticas "tradicionales" de coito en pareja, pues a lo mejor puede salirte rana. Por otro lado, no tocarse es de lejos miles de veces peor para la salud (tanto tanto que ni me voy a explicar al respecto porque es obvio), así que sólo quería puntualizar esto, como decía al principio, estando totalmente de acuerdo contigo.
ResponderEliminarGracias por el matiz :)
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