Rajoy es un hombre que habla poco, porque
cuando habla la lía. Hoy se han difundido por Twitter unas declaraciones suyas de
hace unos meses en las que habla de España y de Cataluña. La idea es que España es un bien indiviso que pertenece en copropiedad a todos los españoles. Cada
catalán, gallego, andaluz o vasco es dueño de una parte alícuota de
España, pero esta propiedad se da sólo sobre un porcentaje abstracto de la masa
patrimonial de la nación (suponiendo 47 millones de habitantes, tocamos a un
0,0000021% por cabeza), no sobre unos bienes concretos. Supongo que ser
registrador de la propiedad es lo que tiene, que lo conviertes todo en materia de Derecho privado.
Es una pena que Rajoy no haya querido
profundizar en la metáfora, porque salen cosas interesantes de ahí. Por ejemplo,
el artículo 394 CC dice que, en la copropiedad, “cada partícipe podrá servirse
de las cosas comunes (…) de manera que no perjudique el interés de la comunidad
ni impida a los copartícipes utilizarlas según su derecho”. Este precepto viene
bastante a cuento el día en que Bárcenas confirma que lleva décadas habiendo una caja B en cada sede del PP. Evidentemente se trata de una transgresión del artículo
394 CC, ya que los miembros del partido del Gobierno se han servido de las
cosas comunes (el dinero público) contra el interés de la comunidad, pues lo
han usado para corruptelas sin cuento.
Respecto de su gestión del país, Rajoy
podría haberse fijado en los artículos 397 y 398 CC, que imponen la unanimidad
de los copropietarios para disponer de la cosa común y la mayoría para la
administración ordinaria. Uno diría que convertir una copropiedad pensada para
servir a los partícipes en una copropiedad pensada para servir a los terceros
es un acto de disposición, que requiere la unanimidad. Y sin embargo, la
reforma del artículo 135 CC (que no es otra cosa que lo que acabo de decir) se
aprobó sin permitir siquiera votar a los socios. De nuevo, el partido en el
Gobierno (esta vez en coalición con el PSOE) vulnerando el Código Civil en lo
que se refiere a gestionar la comunidad de bienes.
Sin embargo, lo que más me llama la
atención de todo esto es que Rajoy no parece haberse fijado en el artículo 400
CC, que dice que “Ningún copropietario estará obligado a permanecer en la
comunidad. Cada uno de ellos podrá pedir en cualquier tiempo que se divida la
cosa común.” Según este precepto, cualquiera que desee separarse de España
podría exigir que la masa patrimonial se dividiera, pedir su 0,0000021% e irse
por su parte. Si varios copropietarios quisieran hacer lo mismo, los demás no
podrían oponerse: no sería necesario consultar a todos, pues basta con la
voluntad de quienes quieren irse.
Rajoy parece haber previsto esta
posibilidad al decir que España es un bien “indiviso”, aunque supongo que
querría decir “indivisible”: Nos coloca ello en el caso del artículo 401: “Los
copropietarios no podrán exigir la división de la cosa común cuando de hacerla
resulte inservible”. ¿Y entonces? ¿Están todos obligados a permanecer para siempre en
la copropiedad, vulnerando el artículo 400? No, porque el artículo 404 da otra
solución: los copropietarios pueden adjudicarle la cosa a uno de ellos
(indemnizando a los demás) y, si no hay acuerdo, deberán venderla y repartirse
el precio. Veo difícil llegar a un acuerdo en caso de una hipotética secesión
catalana, por lo que no habría más opción: vender España a otro país (¿Alemania,
quizás?), repartir el precio entre todos y que los catalanes traten de comprar
un país para ellos. El resto sólo podríamos quedarnos si el nuevo dueño del
país así lo permite, y en caso contrario tendríamos que emigrar: realmente no
se diferencia tanto de la situación que tenemos ahora.
Cuidado, señor Rajoy, con las metáforas
que emplea. El Derecho es dúctil y tiene voluntad propia, y bien pudiera ser
que le saliera a usted el tiro por la culata.
¿Entonces os puedo comprar el país? Ofrezco cien mil millones, ni un céntimo más.
ResponderEliminar¡Adjudicado!
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