lunes, 29 de mayo de 2017

Masculinidad y autonomía doméstica

Estos días de ha difundido por redes sociales un interesante cómic sobre el reparto de las tareas del hogar, que podéis encontrar en español aquí. La tesis principal del tebeo es que la corresponsabilidad no existe porque las mujeres suelen encargarse de dirigir las faenas domésticas mientras que los hombres se limitan a ejecutar lo que se les manda. En otras palabras, la mujer se queda con todo el trabajo de planificación, que es un run-run permanente (hay que poner una lavadora, hace mucho que no se cambian las sábanas, por dios qué desordenado está el salón), y además con buena parte del de ejecución. Su compañero, por su parte, no hace gran cosa salvo que se lo digan.

El asunto tiene muchísimas aristas y ha provocado una conversación interesantísima en Twitter. He podido leer una buena cantidad de anécdotas de varones inútiles hasta la saciedad, que parecen no saber dónde se guarda nada en su casa o cómo se pone una lavadora. Y bueno, cuando se trata de personas mayores puede tener un pase: son de otra época, en su tiempo las cosas se hacían así, bla, bla, bla. Pero cuando las anécdotas pasan a centrarse en hermanos, primos y compañeros de piso, la cosa da ganas de llorar en serio.

La primera línea de defensa parece ser culpar a las madres. “Es que las mamás les sobreprotegen y claro, no saben hacer nada”. Por supuesto, este análisis es simplista. Sin negar yo que las cosas sean así (efectivamente, muchas madres jamás enseñan a sus hijos a ser mínimamente autónomos) diría que eso es más una expresión del problema que su causa. Es decir: una mujer que toda su vida ha visto que su madre y sus hermanas se deslomaban en la casa mientras que los varones de la familia reposaban, ¿qué va a enseñar a su prole? Hace falta una cierta toma de conciencia para rebelarse contra lo impuesto, y no siempre es fácil. Además, asumir que el problema es de las madres es insistir en la misma idea: ¿qué pasa, que los padres no tienen nada que decir acerca de la educación de sus hijos?

Me interesa más centrarme en toda esa masa de hombres absolutamente inútiles que hay por ahí. Yo la verdad es que, cuando en algún momento de mi vida he descubierto que no dominaba alguna habilidad doméstica básica (coser un botón, limpiar cristales), he sentido vergüenza y he buscado paliar mi desconocimiento. Creo que la vergüenza es un motivador poderoso, pero a los protagonistas de las anécdotas que cuentan mis amigas no parece darles reparo depender de una mujer que les cocine, les friegue y les planche.

Se supone que una de las virtudes que deben adornar al hombre es la autonomía. Así lo llevan diciendo los filósofos desde hace unos cuantos siglos: es propio de los adultos el establecer sus normas éticas y tomar sus decisiones sin imposición externa. La heteronomía y la dependencia son estados indeseables e infantiles. Sin embargo, todo ese razonamiento falla cuando se trata de hablar del trabajo doméstico. Nadie ve bien que un varón adulto pretenda vivir del dinero de los demás, sin trabajar. Pero no es problemático que no dé un palo al agua en casa salvo que se le mande y que sea completamente incapaz de subsistir si no le llevan en palmitas.

En este momento habrá un montón de indignados que querrán soltarme cualquiera de las casillas de este bingo. La mayoría dirán que “yo hago mi mitad”, a lo cual yo preguntaría lo siguiente: ¿haces las cosas de forma autónoma, sin que te las digan? ¿Planificas? ¿Tienes en cuenta el nivel de detergente, gel de ducha y papel higiénico? ¿Tomas la escoba por propia iniciativa de forma habitual? Si no es así, y volvemos al cómic que ha motivado estas líneas, no estás haciendo tu mitad. Estás haciendo, con suerte, la mitad de la ejecución, desligándote de toda responsabilidad sobre el asunto.

Insisto tanto en separar el trabajo material de la toma de decisiones porque me parece el quid del asunto. Por lo demás, la distinción no es nueva. Así, la sociología (1) nos dice que existen tres variables implicadas en los cuidados: la accesibilidad (el tiempo disponible, que depende del trabajo), el compromiso (el tiempo invertido en cuidar) y la responsabilidad (la implicación personal del cuidador en la toma de decisiones). Si los hombres aumentamos el compromiso pero no aceptamos ninguna responsabilidad, no creo que estemos haciendo realmente gran cosa. A ver, es un avance respecto del abuelo a quien su mujer elige la ropa todas las mañanas, pero tampoco es como para tirar cohetes.

Después de esto solo quedan excusas: “es que a las mujeres les molesta más la suciedad que a los hombres”, “es que no sé hacerlo”, “es que mi novia no me deja hacer nada porque no lo hago como ella dice”. No cuela. Si a los tíos no nos molesta tanto la suciedad es porque nos han enseñado que si esperamos el tiempo suficiente viene una mujer y la quita. ¿Que no sabes hacerlo? Pues te miras un tutorial en YouTube, igual que cuando no sabes  pasarte un nivel de un juego. Y sobre la tercera excusa… pues qué quieres que te diga, a nadie le resulta agradable enseñarle la forma correcta de hacer una tarea a una persona que en realidad no quiere aprenderla.

La falta de autonomía doméstica es profundamente injusta para las mujeres de tu entorno, que tienen que encargarse de limpiar tanto su mierda como la tuya. Pero también es bastante triste para ti, puesto que te convierte en un parásito, en alguien cargante y ridículo, que depende de los demás para los actos más básicos de la vida cotidiana. Y nadie quiere tratar con una persona así.

No creo que una persona tenga derecho a reclamar para sí la categoría de “adulto” mientras no sepa manejarse en lo doméstico. Si no eres capaz de hacerte la comida, de mantener tu entorno limpio, de hacer una maleta o de ir a comprar tu propia ropa, lo siento, pero no te mereces los beneficios de la mayoría de edad. Me da igual que tengas 18, 30 o 60 años: no eres autónomo, sino dependiente, y eso te inhabilita para todo lo demás.

¿Te molesta? Es comprensible. Quizás haya llegado el momento de que los tíos le hagamos caso al lema ilustrado y salgamos de nuestra autoculpable minoría de edad. Pero esta vez en serio.






(1) Conocí esta terminología a raíz de una conferencia sobre el libro Padres y madres corresponsables: una utopía real, de María José Gonzále y Teresa Jurado (eds). En dicha obra se desarrolla la fundamentación teórica de la misma.


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37 comentarios:

  1. Si hasta el fachista de Heinlein decía esto:
    "Un ser humano debe ser capaz de cambiar pañales, planear invasiones, carnear cerdos, navegar barcos, diseñar edificios, escribir sonetos, contabilizar saldos, levantar paredes, tratar fracturas, dar consuelo a moribundos, recibir órdenes, dar órdenes, cooperar, actuar solo, resolver ecuaciones, analizar nuevos problemas, palear estiércol, programar computadoras, cocinar bien, luchar eficientemente, morir con gallardía. La especialización es para los insectos."
    Todo hombre que no sea capaz de desenvolverse solo y mantener el lugar donde vive, come, duerme, se divierte, etc. en un lugar digno de todo ello, es un inútil. He dicho.

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    1. Si hasta Heinlein lo admitía... :p Ahora, yo no soy capaz de planear invasiones ni de diseñar edificios.

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    2. Si has jugado al Age of Empires o a Los Sims... ¿cuenta?

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    3. Pero Heinlein tenía un concepto de lo cívico bastante potente,una especie de revisión anarcoliberal del republicanismo de Maquiavelo (discursos de Tito Livio). Aquí no estamos hablando de ser ciudadanos de verdad, sino de no joderle la existencia a otros, en este caso, a otras.

      Es mucho más fácil. Y no lo hacemos

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    4. AprovechoAprovecho, ya que te has basado en un material de calidad (qué gusto que alguien se interese por autores de sociología y políticas), para ir un poco más allá.

      Accesibilidad, Compromiso y Responsabilidad no son escalas independientes, sino interdependientes. En la teoría a veces es tentador no focalizarse en ello, pero en la práctica, la logística de la crianza/doméstica dicta su Ley.

      Cuando se asume que es necesaria una mayor Responsabilidad vía planificación (y fíjate que la planificación es solo una parte posible de la Responsabilidad) se hace muchas veces obviando que el Compromiso es variable y muy dependiente de la Accesibilidad. La accesibilidad, por otro lado, no es solo el tiempo disponible sino el capital de habilidades (te sonará por el concepto de capital cívico)

      Además, y los humanos somos tozudos en esto: observarás que las tres categorías son jerarquizables. Implicación; 3 unidades de Accesibilidad se convierten en 2 de compromiso y 1 de Responsabilidad. Por ejemplo, porque es un ejemplo tonto e imperfectísimo.

      Y es aquí donde los sociólogos nos convertimos en la estirpe más odiada, ya que desenterramos problemas pero luego les ponemos matices. Hay que tener cuidado con la interdependencia Accesibilidad/Compromiso/Responsabilidad. Por varios motivos:

      1- Como la crianza tiene un fuerte elemento material y de capital de aptitudes, la inversión (pongamos que imaginamos “unidades de esfuerzo”) no es una cuestión lineal. O sea, invertir en Responsabilidad no es sencillo, y muchos hombres tendrán la percepción de que consiguen grandes logros cuando la realidad es tozuda y siguen siendo unos patanes.
      2- No va a ser posible, a menos que exista una inversión importante (no sé si asumible), que se aumente la Responsabilidad, si antes no se aumenta mucho la Accesibilidad. Y esto es muy, muy, muy, muy importante.
      3- No creo que haya que recordar que vivimos en una sociedad con roles diferenciados en el aspecto económico. La brecha salarial es una de las consecuencias más notorias de ello, y quien no lo entienda así, no la ha estudiado.
      4- Pero hay más, como la distinción es muy profunda, las identidades intrapareja se construyen sobre ella. Los trasvases de responsabilidad no son pacíficos. El imaginario-rol de la madre perfecta no se rompe sin conflicto.


      Simplificando mucho: si de inicio no existe un entorno donde la accesibilidad a los cuidados está potenciada, los patrones se van a repetir una y otra vez. La responsabilidad (y por lo tanto el manejo de la logística doméstica) no es solo un elemente actitudinal. Asumir eso es asumir la narrativa de la emprendeduría. Las condiciones materiales y el conocimiento son clave.

      Así que, cuando nos encontremos la crispación y el enfado de algunos (que ha sido tan bien plasmada por el anónimo de unas líneas más abajo), me permitiría recomendar que no SOLO se entiendan como una resistencia al cambio, o un único arrebato de misoginia, sino también como un buen ejemplo de las dificultades que implica el cambio, la utopía, como quieras llamarlo.

      Un placer poder recordar algo de sociología por ese mágica nota al pie. Siento que algunas ideas de mi exposición estén algo enmarañadas. Un saludo.

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    5. Nah, se ha entendido perfectamente. Evidentemente, dado que yo no conocía la terminología más que por encima, me alegro de que hayas venido a matizar la entrada.

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  2. "Si a los tíos no nos molesta tanto la suciedad es porque nos han enseñado que si esperamos el tiempo suficiente viene una mujer y la quita."

    Esa afirmación es absolutamente falsa. Y quien la ha escrito no ha vivido nunca en un piso de estudiantes varones sin dinero. Las pelusas son invisbles hasta que se puede jugar con ellas.

    Hay dos factores que no se menciona en el artículo. Uno es el poder. Si, el poder. Quien manda en casa. Y el otro es la definición de los estándares.

    Lógicamente, el que manda, define los estándares. Cuantas veces, cuantas lavadoras, cuanto tiempo pueden estar los platos en el fregadero, cuantos platos puede haber, ¿hay que planchar las sábanas? ¿y los calzoncillos? ¿puedo comprar ropa que no necesita plancha? ¿cada cuantas puestas se lava un vaquero? ¿cuando se cambian las sábanas? ¿los sábados? ¿cada vez que se folla? ¿al mes? ¿hay que fregar el pasillo o vale con barrerlo? ¿por qué? ¿que significa quitar el polvo? siempre hago la compra y bajo la basura, porque pesa ¿no significa nada?

    Quien decide estas cosas y otro millón como éstas, es quien tiene el poder en casa. Y ése, amiguete, no eres tú. Por muchos cómics que leas

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    1. Sobre lo primero: es una situación que se prolonga hasta que llega la madre o la novia de uno de los cohabitantes y dice "joder, cómo tenéis el piso; anda, dame una escoba". Q.E.D.

      Madre mía, qué justificación más alambicada para no hacer ni el huevo. "Es que a ver, yo dejaría los platos en el fregadero hasta que se pudiera plantar nabos en ellos, pero mi novia define los estándares y no me deja. SOY UNA VÍCTIMA".

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    2. Eso sin contar que, para nuestro anónimo, en las cosas de limpiar y fregotear las que mandan son ellas. Le ha faltado un "de toda la vida del Señor".

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    3. Vimes, lo de los diferentes standars de limpieza tiene todo el sentido: yo he ido a casas de amigos y me he puesto a limpiar.

      Y negar que existen con una afirmación gratuita primero (nos acostumbran a q vendrá una mujer despues a limpiarlo) o con una exageración absurda despues (hasta q salgan nabos en el fregadero!)...

      No se... me parecen argumentos muy frágiles que se dedican a descalificar al oponente mas que a razonar.

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    4. Te digo una cosa: yo invito a alguien a mi casa y descubro que está limpiando sin mi consentimiento, y esa persona no vuelve a mi casa xDDDD

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  3. Muy, muy interesante.
    Aquí, una madre.
    Me gustaría hacerte algunas aportaciones: (y perdón por las generalizaciones, para todo hay matices y casos más o menos particulares)
    1) A los tíos sí les molesta la porquería en una casa cuando ellos no tienen ninguna responsabilidad en la limpieza. Me he sorprendido muchas veces cuando he oído a algunos hombres poner verde a mujeres (la vecina, la cuñada, la compañera de trabajo) por no limpiar según el estándar que ellos tienen de cómo debe limpiar una mujer. ¡Pero qué cara más dura!

    2) Cuando te han socializado a conciencia con la vivencia de que los cuidados no te corresponden, las estrategias para escurrir el bulto son infinitas y eficaces. Cuando te han socializado para cuidar, no importa cuánta teoría de igualdad sepas: sientes, sabes, que eres la persona responsable y eres presa de la culpa y la presión social. Al final te dedicas a las tareas domésticas y de cuidados por encima de tus posibilidades.

    3) Las mujeres aún no tenemos modelos de madres que eduquen en la corresponsabilidad a los y las hijas. Los estamos construyendo. La cagamos a menudo. Otras veces damos en el blanco.

    4) Tampoco hay modelos de padres en el mismo sentido. Aunque a las que más nos interesa es a nosotras, que llevamos el fardo extra a cuestas, también hay hombres que quieren ser corresponsables y no saben cómo.

    5) Me flipo: Me encuentro a hombres adultos jóvenes que, en contextos que no tienen nada que ver con lo doméstico, esperan que me porte con ellos como una madre. Las ganas son de mandarles al peo... Con que no le doy teta a mis hijos, te la voy a dar a ti!

    6) También me encuentro con mujeres jóvenes adultas y económicamente independientes que dan por hecho que no le pido a mi hijo la misma aportación de cuidados que a mi hija. No ven otro modelo de madre que el canónico.

    Gracias por tu post. Veo un futuro con una convivencia más fluida.

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    1. Pues poco tengo que añadir. Respecto del primer punto, es completamente cierto que el trabajo doméstico o, en general, de cuidados, es invisible salvo que no se haga, momento en el cual se convierte en un motivo de crítica. Nadie agradecerá a la abuela que todos los domingos tiene la casa de punta en blanco y comida para ocho, pero ¡ay el día en que no pueda!

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    2. Son unas aportaciones maravillosas, Pipa.
      He disfrutado especialmente de la rabia de los señores del punto 1). Ya no va a haber tantas mujeres sin cartílago en las rodillas de tener la casa según sus estándares de limpieza.
      Lo que explicas sobre la socialización me ha hecho pensar sobre lo que hago y lo que no.

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    3. Me encanta que os haya gustado.

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  4. Pues no tengo mucho más que añadir a los comentarios de Pipa.
    Pero quería agradecerte el artículo, del que ya me había advertido mi hija.
    Que la fuerza (y la paciencia) nos acompañen a las madres, para que seamos capaces de esperar lo suficiente, y lleguemos a veros vivir el modelo del revés.
    Pero que lo sea completamente (del revés), que las facturas de las medias tintas siempre las pagamos las
    mujeres, y vamos servidas.

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  5. He llegado a esta entrada a través de un retuit y tengo que decir que estoy completamente de acuerdo con la conclusión que sacas: un parásito, esa es la palabra.

    Siempre que sale este tema me acuerdo del año que conviví con mi ahora exnovio (por suerte solo un año, por estudios). Fue mudarnos y automáticamente me convertí en su madre. Tengo anécdotas para aburrir y no quiero extenderme demasiado, solo diré que no era capaz ni de quitar la bolsa de la basura (¡no digo ya bajarla!) cuando iba a tirar algo y veía que sobresalía una montaña de envases por encima del cubo. El caso es que, en mi desgracia, porque a mis 21 años con quién iba a comentar yo esto, me puse a reflexionar y entendí el secreto del matrimonio. ¿No se dice siempre que cuando te casas se acabó el sexo? Tradicionalmente, aunque en esta generación está cambiando, las parejas se iban a vivir juntos después de casarse, y las esposas se encontraban de repente con lo que he dicho antes: un hijo, en vez de un marido. Después de tantas tareas, ¿a quién le quedan ganas de sexo con esa persona que lo deja todo por medio y no se levanta a echarte una mano?

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    1. Conozco demasiadas parejas con esa dinámica. De hecho, al parecer está estudiado que cuando las parejas se van a vivir juntas aparecen los roles de género tradicionales, proceso que se agudiza cuando tienen al primer hijo. Es por eso que me da mucho miedo el futuro: no querría convertirme en alguien así.

      En lo que no había pensado es en esa conclusión acerca del sexo xDDDDD

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    2. A ver, habrá casos y casos, y como digo está cambiando porque ahora las parejas conviven antes de casarse y ven lo que les espera antes de dar el paso. Pero mi caso fue ese. Aquel año de convivencia mató mi relación.

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  6. Otro detalle importante a tener en cuenta en esto es que la sociedad siempre responsabiliza a la mujer más cercana (madre/mujer/novia) del estado de las cosas. Si yo soy un guarro y no friego, la culpa será de mi novia.

    A mi me molesta muchísimo que cuando yo voy con una camisa arrugada o con un pantalón manchado, sea mi novia quien pasa vergüenza, porque a mi me puede dar igual ir con la camisa arrugada, no me importa, pero a quien van a juzgar por eso es a la mujer, cómo le dejas salir así, al final no eres un adulto, tienen que cuidar de ti.

    Y una de las cosas que más me molesta de este machismo es que te traten como a un niño en estas cuestiones, como por ejemplo cada vez que mi suegra le pregunta a mi novia que si me gustan las albóndigas, o si prefiero muslo o pechuga, estando yo allí de cuerpo presente, como si yo no supiera qué es lo que me gusta, una vez más, soy un niño dependiente, que no sabe lo que le gusta.

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    1. Ayer, al hilo de este post, leí una anécdota maravillosa de un chaval que fue con su novia a casa de sus padres, se metió en la ducha y su madre se metió con él para enjabonarle el pelo. Me lo has recordado.

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  7. Muy interesante el artículo. Lo comparto en feisbuk a la espera de que venga alguien a decirme que #notallmen y a contarme su vida xD

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    1. Bien, bien. No se ha ofendido nadie. Y si se han ofendido, no me lo han dicho xD

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  8. Muchas gracias por el post. Me ha encantado comprobar que el tema de la corresponsabilidad va preocupando cada vez más. En mi caso me duele tener que justificar que me encuentro agotada, tengo una pareja que asume las tareas más que ningún otro hombre que conozco pero no se hace cargo de la planificación y las personas que me rodean (mi madre por ejemplo) no logran entender que no basta con ejecutar. Me apunto a la persona que hablaba de la culpa en la que las mujeres hemos sido educadas, esa culpa nos atrapa a seguir asumiendo el cuidado de los demás aunque estemos al límite de nuestras fuerzas.

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    1. Me alegro de que te haya gustado. La verdad es que cada vez me parece más nuclear el tema de asumir la planificación.

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  9. Un coñazo absurdo cómo siempre que opinas de temas que no comprendes ni vives mínimamente.

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  10. ¿Sabes quién me gustaría que se leyese esta entrada? Los masculinistas que dicen estar muy oprimidos porque los hombres casados viven más que los que están solos, gracias a que sus esposas los cuidan... Y que les echan las culpas a las mujeres de esto, como si ellos no tuvieran cerebro para aprender a cuidarse solitos. Hoy en día hay muchísimos recursos para aprender por tu cuenta, y que un hombre haga las tareas de casa ya no tiene una carga negativa y estigmatizadora como en otros tiempos.

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    1. Yo iría un paso más allá: no es solo que el hecho de hacer las tareas domésticas no sea estigmatizador para un hombre, sino que empieza a estar estigmatizado el hombre que no hace nada en absoluto.

      A este respecto, me parece muy ilustrativo algo que le pasó a una conocida mía, venezolana, que se había venido a España con su marido. Eran una pareja joven y acomodada: ella estaba estudiando un máster y él era abogado y había conseguido trabajo en un bufete español. Pues bien: ella me contó, alucinada, que su marido había empezado a hacer tareas domésticas por propia iniciativa porque sus nuevos amigos españoles le reprochaban que estuviera a mesa y mantel. Creo que es indicativo de un cambio de mentalidad que, aunque tiene aún mucho camino que recorrer, va en la buena dirección.

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  11. Hola! Esto no viene al tema, es para sugerirte una entrada, ya q es el mes del orgullo lgtb+ o godi. Te dejo un artículo interesante.
    http://estoybailando.com/sopa-de-letras-el-fin-del-colectivo-lgtb/

    Podrías poner un buzón de sugerencias jeje. Crees q el colectivo lgtb se ha convertido en una nueva casa del árbol y una nueva forma de repartir carnets? Yo tengo conocidos ACE, NB, genderfluid etc a los q algunas personas les dicen q su vida es más fácil q para los lgtb y q no pertenecen al colectivo porque sí... Q me digan a mí si la vida es más fácil siendo rechazade y en un sitio donde crees q la gente será abierta de mente se ponen a discutir q quien sufre más opresiones... Cuando alguien no binario no es q viva feliz en un mundo q cree q no existe (como hace nada les pasaba a los/las trans). En fin me indigna y me pone triste todo esto de los tuits q están rulando de si no eres lesbiana/gay/trans o bisexual no eres lgtb jijiji y eso q yo podría entrar en “el club". Y todo esto en el mes del orgullo donde tendríamos q estar todes unidos... En fin pedazo de comentario q te he dejado q no tiene q ver con el tema jeje. Lo siento, ojalá the sirva.

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    1. Gracias por la sugerencia, pero es un jardín demasiado complejo que no tengo demasiado claro yo mismo xD

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  12. 227-77333-3-333-15 de junio de 2017, 21:18

    Excelente blog Vimes. No me he limitado a leer únicamente esta entrada (he buceado hasta 2015 o así, pa que veas si soy fan), y he disfrutado mucho devorándolo. Te felicito.

    Dicho esto, puedo decir que soy afortunada de tener una persona adulta y responsable que se encarga de la casa "igual o más que yo" (es decir: que no tengo que ir detrás para que tire la basura, se adelanta él. Pero lo pongo entre comillas porque no quiero dar a entender que, en última instancia, me tenga que rendir cuentas a mi, es su casa tanto como mía).

    Agradezco que así sea porque sinceramente, yo pasaría de resignarme a "tener que hacer", bastante tengo con tener que cumplir así en el puto curro.

    En esta entrada, al igual que en el cómic, no se refleja nada que esté fuera de la realidad. Solo puedo decirles a los resentidos que quien se pica, ajos come.

    Un saludo, espero frecuentar por aquí

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    1. Me alegro de que te haya gustado tanto, jo xD Y me alegro de que estés en una situación personal tan envidiable.

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