Una de las cosas que me gustó del
comportamiento de Podemos después de las últimas elecciones es que no se
apuntaron al carro de la manipulación electoral. Aceptaron la pérdida de un
millón de votos con deportividad y cortaron rápidamente las volátiles
imaginaciones de los fans más
desatados. Por ello precisamente me decepciona que hoy, con el registro de la
empresa Indra, algunos dirigentes de esa formación se hayan puesto a alimentar la conspiranoia.
Quiero explicar cómo funciona el sistema
español de conteo de votos electorales. A ello dedico esta entrada: me voy a
limitar a desarrollar lo que pone en la LOREG. El escrutinio se divide en dos partes: un
escrutinio provisional en las mesas y un escrutinio definitivo en la Junta
Electoral.
Escrutinio provisional
El recuento empieza en las mesas
electorales. Las mesas están compuestas, bueno es recordarlo, por tres personas
elegidas al azar, precisamente para evitar amiguismos y corruptelas. Además,
la actuación de la Mesa está supervisada en todo momento por los interventores
y apoderados de los partidos políticos y por cualquier ciudadano que quiera
estar. Efectivamente, el escrutinio es público: si no te fías de cómo se hace
puedes quedarte a mirar.
¿Cómo se escrutan los votos? El presidente
saca cada voto, abre el sobre y lee en voz alta el nombre de la candidatura (en
el caso de las elecciones que van por lista) o de los candidatos (en el caso de
las elecciones al Senado). Luego, enseña la papeleta al resto de personas de la
Mesa. Eso quiere decir que en las pasadas elecciones había un mínimo de siete
pares de ojos mirando cada papeleta: el presidente, los dos vocales y los
apoderados de los cuatro partidos grandes a nivel nacional (1). Se cuenta también
en este momento el voto por correo de los residentes en España, que ha estado todo el día bajo
la vigilancia de los miembros de la Mesa.
Una vez terminado el recuento, se
confronta el número de sobres con el total de personas que han votado, que
están marcados en los ejemplares del censo electoral que tienen los miembros de
la Mesa y los interventores. Eso quiere decir que es imposible sustraer o añadir votos: los votos
que se han emitido son los que hay, punto.
En este momento termina el escrutinio en
las mesas. El resultado se anuncia en voz alta y se publica un acta de
escrutinio con todos los resultados. Ese acta se fija en la parte exterior del
local de votación y se entregan copias a los representantes de las
candidaturas. Además, se le muestran los resultados al representante de la Administración,
que es también un voluntario. Éste es el único momento en el que Indra entra en
el proceso: el representante de la Administración, al que le han dado una tablet, la usa para remitir los resultados
provisionales de la Mesa a un centro de procesamiento. Ese centro de procesamiento suma los datos que le lleguen y los va publicando en la web oficial del Ministerio del Interior, que es la página que estamos
todos consultando ansiosos. Pero esto no pasan de ser los datos provisionales: como veremos, el proceso de escrutinio sigue adelante con todos sus elementos escritos en papel bajo muchos pares de ojos.
¿Y qué pasa con las papeletas? En este
momento se destruyen todas, salvo aquellas sobre cuya validez hubiera dudas. Éstas
se firmarán por los miembros de la Mesa y se unirán al acta, para ser
computadas en un momento posterior. Aquí es donde mucha gente pone el grito en el cielo, pero
a mí me parece bastante lógico que se proceda a destruir las papeletas: custodiar todos esos votos sería una pesadilla
logística, y de hecho haría el sistema más vulnerable. Lo lógico es computarlos
delante de un montón de ojos, reflejar los resultados en un acta y velar porque
sea ésta la que llegue íntegra a la Junta Electoral.
Y la pureza del acta no está precisamente
poco vigilada. Ya no hablamos del acta de escrutinio, que es la que hemos visto
hace un par de párrafos, sino el acta de la sesión, que contiene todos los
hechos relevantes de la jornada electoral. Se reflejan, por supuesto, los
resultados, pero también todas las protestas formuladas por cualquier persona
(electores incluidos) sobre la votación y el escrutinio, las resoluciones
motivadas de la Mesa, los incidentes que puedan haber ocurrido, etc. Como digo,
en ese documento está todo.
El acta la firman los miembros de la Mesa
(el presidente y los dos vocales) y también los interventores de los partidos,
que de nuevo controlan la veracidad de lo que se consigne. Por supuesto, se
expiden copias. Y con ese acta ya lista, se preparan tres sobres. El primero
contiene el original del acta de la sesión, las papeletas sobre cuya validez
hubiera dudas, la lista del censo utilizada en el conteo y el resto de
documentación relevante. Los sobres segundo y tercero tienen copias del acta de
constitución de la Mesa (que se extendió antes de empezar las elecciones) y del
acta de la sesión. Los sobres se cierran y son firmados por los miembros de la
Mesa y por los interventores, de forma que las firmas crucen la parte por la
que se abren. Es decir, que no se puede abrir el sobre sin que luego, al volver
a cerrarlo, se note una alteración en las firmas.
¿Y qué pasa con los sobres?
- El primer sobre queda bajo custodia del presidente de la Mesa, que lo lleva inmediatamente al Juzgado. Los vocales e interventores pueden acompañarle, y van acompañados por policías. El juez recibe el sobre y, en un plazo no superior a diez horas, lo entrega en la Junta Electoral. De ambas entregas se emite recibo.
- El segundo sobre sigue el mismo camino, solo que se queda en el Juzgado, donde puede ser reclamado por la Junta Electoral.
- El tercer sobre se entrega a un funcionario de Correos que se persona en la Mesa para recogerlo, de tal forma que al día siguiente se remiten a la Junta Electoral.
Es decir, que la información llega a la
Junta por dos vías independientes (juez y Correos) y hay otra copia en el
Juzgado para cotejar.
Escrutinio general
El escrutinio general se hace, como he
dicho, en la Junta Electoral que corresponda, tres días después de las
elecciones. Las Juntas Electorales son órganos designados expresamente para las
elecciones. Están formados por tres jueces elegidos al azar (de entre los
cuales sale su presidente) y por dos ciudadanos propuestos por las
candidaturas.
Esta fase también es pública, y a ella
concurren los representantes de las candidaturas. Antes de que empiece, se
cuentan los votos remitidos por los residentes en el extranjero. Una vez
terminada esta operación, comienza el escrutinio general propiamente dicho, con
la apertura de los primeros sobres. Si su contenido está incompleto se suple con
el de los terceros sobres (que han llegado por correo) y, si éstos faltaran, se
puede acudir a los segundos sobres que están almacenados en los Juzgados o a
las copias del acta que presenten los representantes de las candidaturas. Si
varias candidaturas presentan copias contradictorias, no se usa ninguna.
Cuando la Junta tiene el acta de cada Mesa,
comienza a contar. Se trata aquí de un simple conteo: se comprueba que todos
los números están bien y se suman los resultados de las distintas actas,
corrigiendo los errores aritméticos que se detecten. Al final se extienden un
acta de escrutinio y un acta de sesión y se da un plazo de un día para
presentar reclamaciones. Es aquí cuando se solucionan las protestas que haya
sobre votos nulos o cuya validez se discuta. Y, una vez resueltos todos los
recursos, se procede a proclamar a los electos. El escrutinio ha terminado.
Así pues, queridos conspiranoicos, ¿me
queréis explicar dónde cabe aquí un pucherazo? Se trata de un proceso con mil
garantías: los votos se cuentan bajo la supervisión de muchas personas de
procedencias diversas, hay tres copias del acta custodiadas por distintos actores,
todos los actos son públicos, se toma nota de todo, los partidos están
informados de lo que sucede… ¿Indra? Indra podrá ser lo que sea, pero la
cuestión es que Indra solo recibe los datos provisionales de las mesas, los
suma y los publica en la web. En ningún momento manipula los votos, las actas o los sobres: el proceso de escrutinio se realiza sin su
participación. Podríamos sacarla y el único efecto sería que tardaríamos más en
conocer los resultados.
Un fraude electoral contra Podemos que
escamoteara un millón de votos exige la participación de cientos de actores. La
única forma de hacerlo es falsificar el conteo de las mesas, y para ello
tendrían que comprar a los miembros de éstas y a todos los apoderados e
interventores, incluyendo a los de Podemos. Tendría que conseguirse que, cuando
el presidente sacara de la urna una papeleta de Podemos, todo el mundo la
apuntase como voto nulo, en blanco o a otra formación. Y aun así cualquier
curioso podría aparecer por allí y denunciar las manipulaciones.
Cualquier otro procedimiento que no sea
éste está condenado al fracaso, para empezar porque requiere manipular tres
actas que están en tres sobres sellados y almacenadas en tres lugares distintos.
Además, Podemos tiene copias de los resultados de todas las mesas del país y
puede sumarlos por su cuenta. Tiene también el derecho a seguir el proceso paso
a paso. Si en cualquier momento hubieran detectado una discrepancia, ¿creéis
que no la habrían denunciado a los cuatro vientos?
No sé por qué distintos dirigentes de
Podemos han decidido sacar ahora el fantasma de la corrupción electoral, pero
me parece bastante irresponsable. El sistema electoral español es robusto y
funciona bien. Sinceramente, se me ocurren pocas formas de mejorarlo. Y
dedicarse a sembrar dudas sobre algo tan nuclear es una mala inversión, porque esas
semillas arraigan en las mentes de la gente y luego las puede aprovechar
cualquiera.
Ellos sabrán.
(1) A veces hay mesas que se apartan de esta práctica. Por ejemplo, se dividen los votos y cada miembro de la Mesa cuenta los que le han tocado. Esto no debe hacerse y de hecho en la mayoría de mesas no se hace, pero en realidad no es tan grave. Aunque se haga así, cada contador sigue controlado por los interventores y los curiosos. Además, no me parece una buena idea planear un gran fraude nacional confiando en que todas las mesas van a contar así.
(1) A veces hay mesas que se apartan de esta práctica. Por ejemplo, se dividen los votos y cada miembro de la Mesa cuenta los que le han tocado. Esto no debe hacerse y de hecho en la mayoría de mesas no se hace, pero en realidad no es tan grave. Aunque se haga así, cada contador sigue controlado por los interventores y los curiosos. Además, no me parece una buena idea planear un gran fraude nacional confiando en que todas las mesas van a contar así.
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Totalmente de acuerdo contigo, pero con una matización: en España, el punto débil del sistema electoral es lo que pasa *antes* de meter la papeleta en la urna, no después: las chopocientas campañas electorales "dopadas", las capacidad corruptora del dinero B, los abuelicos votando a sobre cerrado, el demencial sistema del voto rogado... insuficiente para ganar o perder un gobierno nacional, pero suficiente para darnos cuenta que aún queda margen para mejorar el (de media) buen sistema electoral español.
ResponderEliminarYa, si yo no niego que eso sea tremendamente mejorable. No porque sirva para condicionar el resultado, como dices, sino porque empaña la percepción del buen funcionamiento del sistema.
EliminarEstoy totalmente de acuerdo con el contenido (como no puede ser de otra manera pues lo considero algo objetivo) sin embargo parte de la izquierda, en especial lo que he visto por Twitter, me ha decepcionado con esa reacción pedante y agorera de "así nos va a la izquierda" en relación a la teoría paranoica. En primer lugar algún dirigente de Podemos es posible que haya alentado tal conclusión pero no en reglas generales y otros -como Garzón- se han limitado a señalar lo obvio: que es una puta vergüenza que una empresa concesionaria de algo tan importante en democracia este financiada por un partido en un trama corrupta, sin alentar conspiraciones de fraude. Pues se le han dado palos por todos los lados por la interpretación tendenciosa de ese tuit como si hubiera dicho "todo amañado, a las armas".
ResponderEliminarCreo que, como en el caso de la infanta, una cosa es la verdad medida, razonable y jurídica (necesaria) y otra muy distinta entender que la indignación por esto debe ser (y es) máxima y que es una cuestión alarmante el nivel de podredumbre que, por otra parte, muchos intuían ya. Es inevitable que surjan teorías descabelladas de esa indignación e, incluso, que ciertos representantes de partidos las dejen caer (y está mal) pero señalar condescendientemente, sin lectura social y sin ser conscientes de que son "cuatro gatos" a los de la conspiración me ha parecido un error. Está bien cortar de raíz estas teorías pero las formas y el foco de atención me ha parecido una gran equivocación.
Así lo he percibido en Twitter y te lo comento porque admiro mucho tu opinión, tanto jurídica como política, en el blog y en la red social. Un saludo y gracias por tu tiempo.
Álvaro, me siento un poco ofendido en mi inteligencia si pretendes hacerme creer que Garzón no era consciente de que alimentaba la conspiranoia al escribir ese tweet. Y si no era consciente, entonces es muy tonto y muy torpe
ResponderEliminarGarzón pudo saber que alimentaría la conspiranoia de cuatro gatos como se alimenta de cualquier tipo de planteamiento con correlación (lo que él dijo) y no con causalidad (lo que él no dijo y la mayoría entendimos que no era así). Sinceramente los conspiranoicos son precisamente eso: no necesitan pruebas ni hechos fehacientes para tragarse algo, así que si Garzón dice "el juez del caso de Murcia está actuando de forma sospechosa" un conspiranoico se montará su película de que hay complot judicial etc. Creo que el 99% de la gente entendimos que no se ha referido a un amaño en las elecciones y, de hecho, ni él ni IU han puesto ni manifestado nada parecido (hoy tenían rueda de prensa federal por ejemplo). No sé si fue la manera más adecuada de expresarlo pero, la verdad, con la que está cayendo que el blanco de muchos tuiteros de izquierdas a los que respeto sea una afirmación de un político de izquierdas malinterpretable por cuatro locos me resulta incomprensible.
ResponderEliminarFrancamente, si Alberto Garzón no hubiera pretendido alimentar la paranoia con ese tuit ya habría dado explicaciones en las repuestas y menciones del mismo. Es más, él fue el primero en alimentar el bulo del fraude antes de las elecciones usando en aquella ocasión las grabaciones a Fernández Díaz filtradas a Público.
ResponderEliminarhttps://twitter.com/agarzon/status/745657980666908673?ref_src=twsrc%5Etfw&ref_url=http%3A%2F%2Fwww.eldiario.es%2Fpolitica%2FPablo-Iglesias-votaciones-Fernandez-Diaz_0_529847670.html
Él aceptó los resultados como válidos. Decir que alimentó el amaño es falso y me niego a creer que por poner una evidencia que hay que denunciar y que debe denunciar (Indra financió al PP) tenga que justificarse ante los delirios de cuatro paranoicos. Repito: es como decir que si pone "la actuación del juez de Murcia es cuestionable, se ha reunido con gente relacionada a la investigación" tenga que justificar los delirios de algunos que crean que hay una cospiración judicial nacional. La fantasía de los paranoicos no se alimenta de conclusiones racionales. Y la de Garzón lo fue, era correlación no causalidad. Que se le eche tanta mierda por un tuit como mucho desafortunado con la que está cayendo es lamentable.
ResponderEliminarA lo mejor lo lamentable es que con la que está cayendo se escriban tweets como ésos por parte de Diputados. Pero al parecer siempre queda alguien que justifique al líder, y que te eche en cara que le exijas responsabilidad
ResponderEliminarNo justifico a nadie, repito que igual es desafortunada la expresión, pero de ahí al clima de Twitter y a pedirle que desmienta idas de olla de la gente va un mundo. Pero bueno al parecer un tuit poniendo una verdad constatable e indignante es peor que la propia verdad. Dejémoslo en cualquier caso, no nos vamos a poner de acuerdo. Un saludo.
ResponderEliminarIndra no cuenta los votos a pesar de ser lo que afirma Garzón en su tuit, es esa la verdad constatable de la que hablas?
ResponderEliminarEfectivamente, lo que afirma en su tuit es falso y hay un ánimo evidente de sembrar la duda sobre el proceso electoral. Yo voté a Unidos Podemos en las últimas elecciones porque no podía votar a IU en solitario y este tipo de comportamientos me avergüenzan.
EliminarIndra es uno de los que cuenta los votos, provisionalmente. Sí. Esto dice Vimes en el artículo: "Éste es el único momento en el que Indra entra en el proceso: el representante de la Administración, al que le han dado una tablet, la usa para remitir los resultados provisionales de la Mesa a un centro de procesamiento. Ese centro de procesamiento suma los datos que le lleguen y los va publicando en la web oficial del Ministerio del Interior, que es la página que estamos todos consultando ansiosos."
ResponderEliminarRepito: la expresión puede ser desafortunada pero la reacción es excesiva en mi opinión. Es una opinión mía y así lo expresé en el comentario al que contestaste. No un hecho constatable como lo del recuento que es objetivo. Si a ti o a vosotros os parece deleznable es otra opinión basada en que consideráis que alimentó la paranoia, yo considero que la paranoia se alimenta con cualquier gilipollez que los crédulos alimentan. Así que nada lo dicho, dejémoslo pues no nos convenceremos.
Respondo aquí a todos los comentarios previos, ya que son parte del mismo debate. Para otra vez, intentad darle a "Responder" al comentario en vez de dejar un comentario nuevo abajo del todo, para que se pueda seguir mejor ;)
ResponderEliminarPor concretar, las palabras exactas de Garzón fueron: "También se investiga a Indra por financiar ilegalmente al PP. ¡Indra es la empresa que cuenta los votos de las elecciones en España!" La frase admite dos interpretaciones: la conspiranoica ("Indra ha manipulado las elecciones") y la no conspiranoica ("Qué vergüenza que una empresa que está tan en el centro del sistema esté también corrupta").
Yo no estoy en la cabeza de Garzón, así que no sé cuál de las dos era la que pretendía decir. Sin embargo, hay que saber cuándo se dicen las cosas. En ese momento, con cientos de personas hablando de Indra y sacando a pasear de nuevo el fantasma del pucherazo, era evidente que se iba a interpretar como "¡Garzón apoya la conspiranoa!" Yo lo vi así, de hecho. Ha sido a raíz de lo que ha dicho Álvaro que he releído el tuit y he visto que admitía otra interpretación.
Así que sí, yo de ser Garzón desmentiría el apoyo a la teoría de la conspiración. No porque me preocupen los cuatro gatos ajenos a los hechos que con todo montan una conjura gigante dedicada a joderles la vida a ellos. Los que me preocupan son los millones de personas cabreadas y desinformadas entre las cuales se van asentando bulos como el de los 445.000 políticos o el de que las elecciones del 26J tuvieron "algo raro". La mayoría de miembros de esta masa ingente de personas puede ser convencida solo con que alguien se siente con ellos, les resuelva las dudas y les explique bien la cosa, pero ése es un trabajo que cuesta tiempo. Si no se lleva a cabo, los bulos se acumulan y entran a formar parte de las verdades aceptadas por la mayoría de la población. Una vez que sucede esto, la calidad de nuestra democracia se degrada. Y no es que andemos como para tirar cohetes en ese aspecto.
Alberto Garzón aclaró luego que con su tuit sobre Indra quería "resaltar un clarísimo conflicto de interés":
Eliminar(http://bit.ly/2oEuqZ7)
Meh. Eso me suena a disculpa tibia, es decir, a que sí soltó un tuit conspiranoico y luego ha querido justificarlo. Supongo que menos da una piedra.
EliminarA mí lo que más me inclina a pensar en una intención deliberada de sembrar la teoría de la conspiración es aquella petición de observadores internacionales que dejó caer cuando salieron a la luz las grabaciones en el despacho del ministro del interior.
EliminarGarzón hace a veces declaraciones muy atolondradas que como votante de IU han llegado a avergonzarme.
Me pasa un poco lo mismo.
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