viernes, 10 de febrero de 2017

El impuesto de sucesiones

El runrún en contra del impuesto sobre sucesiones lleva un tiempo en repunte. Sale en la tele, los partidos de derechas se posicionan en contra y aparece la típica historia de la pobrecita familia que tuvo que vender su casa para pagar el tributo. Lo más triste es ver a partidos que se dicen de izquierda apuntarse al carro, pero en fin. La cosa es que creo que ha llegado el momento de plantarle cara dialéctica a este discurso. Porque sí, yo defiendo el impuesto de sucesiones.

¿Qué son los impuestos? Los impuestos son ingresos coactivos que nos cobra el Estado cuando manifestamos capacidad económica. Esto es importante: los impuestos gravan capacidad económica, y por ello se ponen de manifiesto por la posesión de bienes, por la realización de actos económicos o por el aumento del patrimonio. En el primer grupo entraría el IBI; en el segundo, el IVA y en el tercero el IRPF, el ITP, el IS… y el impuesto sobre sucesiones. En el resto de esta entrada le llamaremos por sus siglas, que son ISD porque también grava las donaciones.

En primer lugar, hay que tener claro que abolir el ISD no impediría que las herencias tributaran. ¿Por qué? Porque todo aumento patrimonial que recibe una persona física tributa en el IRPF. El salario que te pagan, los intereses que renta tu dinero del banco, lo que sacas de tu negocio si eres autónomo, la ganancia que recibes si vendes tu casa, etc. Esto quiere decir que, en el caso de que elimináramos el ISD, las herencias pasarían a tributar en el IRPF. O, en otras palabras, la existencia de un impuesto especial sobre sucesiones desgajado del IRPF lo único que quiere decir es que el legislador ha considerado apropiado tratar por separado este aumento patrimonial. Pero, por un concepto o por otro, es muy lógico que las herencias tributen, porque son ganancias patrimoniales.

Es aquí cuando suele salir la principal objeción al impuesto: “¡es que mis padres ya tributaron al adquirir esos bienes que ahora me dejan!” La pregunta es: ¿y qué? Todo euro que recibes, sea en el concepto que sea, es un euro por el cual se ha tributado miles de veces. Tu jefe obtiene ingresos cuando vende las mercancías al público, y con ese dinero te paga un salario, que le das (a cambio de comida) al tendero, que lo usa para pagar el alquiler, que… y por todas esas operaciones se tributa. ¿Por qué iba a ser diferente cuando el aumento patrimonial se haya producido por herencia?

No se trata de que las personas contrarias al ISD piensen que los negocios gratuitos (aquellos en los que recibes algo a cambio de nada) deban estar exentos: nadie cuestiona que las donaciones tributen. La oposición sólo se da con las sucesiones por causa de muerte. Aquí está la diferencia psicológica, a mi parecer: existe el sentimiento de que lo que heredo ya es, de alguna manera, “de mi familia” o incluso “mío”. Al fin y al cabo, yo he estado usando la casa de mis padres durante años, he invertido trabajo doméstico en ella, ¡incluso es posible que haya ayudado a pagarla o que viva allí! Recordemos que muchas veces la gente no tiene claros los tecnicismos jurídicos. ¿Por qué tengo que tributar por algo que ya se pagó cuando entró en la familia y que moralmente siento como mío?

Este argumento es, digamos, global, una especie de enmienda a la totalidad contra el ISD: se afirma por principio que este impuesto no debería existir, ya que es tributar dos veces por lo mismo. En torno a esta idea central se van añadiendo historias lacrimógenas sobre pobres familias trabajadoras que pierden la casa donde viven a causa del ISD. Estos argumentos secundarios sirven para que la gente se identifique, apoye algo que en realidad ni le va ni le viene y acabe apareciendo un movimiento de resistencia.

Contra esto sólo se puede oponer rigor, rigor y más rigor. En este sentido, me gusta mucho la entrada que escribió @indvbio hace un par de años, que desmonta precisamente todas estas historias lacrimógenas. ¿Gente que renuncia a su herencia por no poder pagar el impuesto? No hay ninguna prueba de que este problema tenga una incidencia superior a la anecdótica, y además es posible fraccionar el pago. ¿Pobres trabajadores que pierden la casa donde vivían, que estaba incluida en la herencia? Hay bonificaciones que se aplican si se afecta a la vivienda habitual. ¿Impuestos gigantescos por herencias muy pequeñas? Hay mínimos exentos. Y así sucesivamente (1).

Una vez desbrozados todos los mitos lacrimógenos, lo que nos queda es la realidad. Y la realidad es que, cuando heredas, te conviertes en propietario de un cierto patrimonio que antes no tenías. No es injusto que tributes por ese enriquecimiento, por mucho que tus padres también tributaran cuando adquirieron esos bienes, porque sois personas distintas aunque pertenezcáis a la misma familia. El argumento principal del movimiento anti-ISD, esa enmienda a la totalidad de la que hablaba más arriba, se deshincha solo: una cosa es que moralmente sientas como tuya la casa de tus padres y otra que jurídicamente lo sea.

Más aún: hacer tributar a las herencias es una muy buena idea desde el punto de vista de la redistribución de recursos. Dígase lo que se diga, el ISD afecta sobre todo a las grandes fortunas. Fijaos si no que cuando quieren generar indignación contra el impuesto, tienen que buscar ejemplos tan absolutamente desorbitados como éste. Herencias de 850.000 €, sí. Y desde luego que no me parece mal que los niños de papá que heredan cientos de miles de euros en propiedades inmobiliarias y valores bursátiles (algo muy alejado de “la casa de mis padres con la que tengo un fuerte vínculo emocional”, por cierto) paguen un pastón para contribuir al bienestar social.

Otra cuestión importante es que, muchas veces, se mete en este revoltijo una queja que no tiene nada que ver con el ISD. Me refiero al llamado "impuesto sobre la plusvalía", que en realidad se denomina Impuesto sobre el Incremento del Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana. Es un impuesto municipal, que convive con el ISD (que es autonómico), y que grava exactamente lo que dice su nombre: el incremento del valor que ha tenido un inmueble urbano desde que su dueño lo compra hasta que se muere. Este impuesto se confunde con el de Sucesiones porque se devenga a la vez, pero es otro tributo distinto. Es bastante más criticable que el ISD, entre otras cosas porque se basa en una presunta estimación objetiva a partir de datos catastrales (2) y eso genera situaciones de injusticia.

Dicho esto: sí, el impuesto de sucesiones es, como todo, mejorable. Por ejemplo, se producen agravios comparativos entre Comunidades Autónomas, y eso es un hecho (3). También sería necesario potenciar la información sobre las bonificaciones y fraccionamientos que existen, para que nadie acabe pagando de más. Y seguro que hay otros mil detalles que se pueden revisar. Vamos, que cualquier idea para reformar el ISD y hacerlo más justo será bienvenida.

Pero no me vengáis con trampitas dialécticas. Si queréis mejorar el impuesto, bien. Si queréis usar los fallos y carencias que tiene para engrosar una argumentación liberal al servicio de las grandes fortunas, me parece a mí que tenemos poco de lo que hablar. Porque el Impuesto de Sucesiones es una herramienta de política fiscal muy útil para redistribuir la riqueza y para que pague más el que más tiene.






(1) Algunas de las posibilidades mencionadas en este párrafo son estatales y otras se refieren sólo a Andalucía. Sin embargo, cada Comunidad Autónoma tiene su ley reguladora del ISD y muchas han establecido beneficios similares.

(2) Se supone que el impuesto grava el aumento del valor de las fincas. Pero dicho aumento se calcula tomando el valor catastral (que puede no tener nada que ver con el real) y aplicándole unos porcentajes que varían según el número de años que se ha poseído el bien.

(3) Aunque ya adelanto que mi receta para solucionar esos agravios es que todos nos acerquemos a Andalucía, no que todos nos acerquemos a Madrid.




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7 comentarios:

  1. Te parece bien que se pueda desheredar a los hijos simplemente sin mencionarlos en el testamento? Como ya sabrás, en el País Vasco es así desde 2015.
    Por mí, bien, siempre que conste en alguna parte: en una notaría, en un Registro, yo qué sé. Pero no encontrarte de repente con que no heredas.

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    1. Por lo que me enteré, no es exactamente que puedas desheredarlos, sino que si tienes varios hijos puedes decidir que alguno de ellos no reciba herencia. No puedes hacerlo si sólo tienes un hijo. Es un pequeño matiz, pero importante en una época donde la gente cada vez tiene menos descendencia.

      Sobre tu pregunta, estoy un poco dividido sobre ese tema. Por un lado, soy bastante antifamilias, así que nunca me ha terminado de convencer la existencia de legitimarios, es decir, de personas que tienen que recibir parte de la herencia (descendientes, ascendientes, etc.) salvo que se encuentre justa causa para desheredarles. Pero por otra parte, permitir la desheredación libre le da un poder inmenso a los progenitores, que pueden usar ese mecanismo para forzar a que sus hijos acepten malos tratos, vejaciones y toda clase de situaciones desagradables.

      Como leí por ahí, el sistema tradicional de herencia (en el que es necesario tener una causa legal de desheredación) reconoce la posición del padre de familia a cambio de quitarle poder para distribuir la herencia. A quien me dijo eso le parecía un buen trato. A mí, no sé.

      Respecto de lo último que dices, la mayoría de testamentos se hacen ante un notario y hay un registro donde están inscritos. Sin embargo, sólo puedes acceder a ese registro una vez ha muerto el testador. Tiene sentido, porque los testamentos no son contratos, sino simples actos de voluntad: está establecidísimo que no puedes tener expectativas legítimas a partir de un testamento, porque en cualquier momento puede venir el testador y cambiarlo.

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  2. Abundado en lo dicho, me parece uno de los impuestos más justos y más igualitario. Es fuente de gran desigualdad de oportunidades. Deberían aumentarlo (para poder reducir otros, como los aplicados al trabajo).
    Pero me parece que va de capa caída y este gobierno oligárquico que tenemos se lo cargará en la medida que pueda y nos dejemos engañar como canelos.
    Firmado: un meneante que sigue por aquí jeje ;-)

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    1. La herencia es fuente de gran desigualdad de oportunidades, me refería...

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    2. No sé si aumentarlo o más bien igualar entre CC.AA. Pero desde luego, todo lo que sea gravar la herencia es bueno :)

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  3. El impuesto de sucesiones tienen que quitarlo, si tus padres fueron unos vagos o se gastaron todo en juergas, te j......s

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