Cada cierto tiempo se lanza por Twitter
alguna iniciativa de lo que se conoce como “bodyposi”: se trata de mostrar que
existen cuerpos diversos, que no todo se agota en los cánones de belleza que
tragamos a cada momento y que eso es bueno. Los mensajes bodyposi están inseparablemente ligados al feminismo, porque
(menuda sorpresa) resulta que esos estándares de belleza son mucho más intensos
para las mujeres que para los hombres. Así que no es extraño que cada vez que
se inicia una campaña de este tipo aparezcan mil trolls machistas a quejarse de
esa intolerable desviación del estándar de Lo Que Debería Ser Una Mujer De
Verdaz (Marca Registrada).
El último caso es el de
#MiVelloMisNormas, que va sobre el espinoso asunto (pun intended) de la
depilación femenina. Porque claramente existe una disparidad en el hecho de que
yo pueda ir como un oso pardo y nadie me diga nada pero si cualquier mujer intenta
hacer lo mismo vaya a sufrir toda clase de críticas y presiones machaconas. En
estos temas se da una paradoja curiosa: los mismos gilipollas que dicen que
esta presión no existe (“¡nadie te pone una pistola en la cabeza!”) son los que
la ejercen cuando intentan lastrar esta clase de iniciativas.
Hay varios (ejem) argumentos comunes que aparecen
en la boca de todo el que critica las iniciativas bodyposi: la deseabilidad sexual (“con esos pelos nadie va a querer
follarte”), la higiene (“es que los pelos son antihigiénicos”), la salud (que
no se aplica a esto pero sí al tema de la gordofobia), etc. Pero de ellos ya
hablaremos otro día, porque hoy quiero comentar mi favorito: el que dice que
las campañas bodyposi (o en general
el feminismo) son una excusa. ¿Para qué? Para las más variadas maldades: para no depilarse, para enseñar cacho, para ser una guarra que va en contra de la sociedad, para no ponerse a dieta o incluso parahacer cosas, así en abstracto.
Me flipa muchísimo el uso de la palabra
“excusa” en este contexto. Dice la RAE que una excusa es un “motivo o
pretexto que se invoca para eludir una obligación o disculpar una omisión”. Es
decir, que una excusa es lo que decimos cuando no queremos hacer aquello que
debemos pero no tenemos ninguna buena razón para escaquearnos. El uso del
término es muy revelador, porque indica que las mujeres (insisto, principales
beneficiarias y abanderadas de la lucha bodyposi)
tienen toda una serie de obligaciones o deberes sobre sus cuerpos: no enseñarlos por redes sociales, estar depiladas, mantener un peso aceptable…
Esto me hace pensar. Las obligaciones son dialécticas: se tienen siempre hacia alguien. No existen las autoobligaciones: si no hay una persona que me pueda exigir que haga X cosa, no tengo obligación alguna de hacerla. Ojo, que esa exigibilidad no tiene por qué ser judicial. No estoy hablando de Derecho ni de la posibilidad de demandar a un deudor, sino de algo mucho más básico: en toda obligación hay una persona A que tiene un deber (entregar algo, hacer algo, abstenerse de hacer algo) y una persona B que puede esperar legítimamente que A cumpla por su parte. Si A no lo hace, B se sentirá defraudado y con el derecho de, como mínimo, abroncar a A por su incumplimiento.
Esto me hace pensar. Las obligaciones son dialécticas: se tienen siempre hacia alguien. No existen las autoobligaciones: si no hay una persona que me pueda exigir que haga X cosa, no tengo obligación alguna de hacerla. Ojo, que esa exigibilidad no tiene por qué ser judicial. No estoy hablando de Derecho ni de la posibilidad de demandar a un deudor, sino de algo mucho más básico: en toda obligación hay una persona A que tiene un deber (entregar algo, hacer algo, abstenerse de hacer algo) y una persona B que puede esperar legítimamente que A cumpla por su parte. Si A no lo hace, B se sentirá defraudado y con el derecho de, como mínimo, abroncar a A por su incumplimiento.
¿Quién es esa contraparte? Si las mujeres
tienen alguna clase de obligación de depilarse, ir monas o adelgazar, ¿quién es
esa persona (o grupo de personas) que se va a sentir defraudada si no lo hace?
Pues evidentemente lo que queda de la población, que excluyendo al pequeño
porcentaje de personas no binarias, somos los hombres. En otras palabras, el
uso del término “excusa” es muy revelador, pues demuestra que quien lo emplea
cree que las mujeres tienen obligaciones sobre su propio cuerpo hacia los
hombres: básicamente, encajar en el canon de belleza.
Y claro, quien sostiene este discurso
(normalmente, oh sorpresa, hombres) ve con desagrado que hay mujeres enseñando
sus pelos, sus kilos, sus estrías y demás características físicas incompatibles
con el canon. Esto es lo que explica que salten tan rápido con toda la batería
de argumentazos que mencionaba más arriba: la deseabilidad sexual, la higiene,
la salud, etc. Porque en realidad, si uno lo piensa fríamente, ¿qué te importa
a ti lo que hagan unas cuantas desconocidas para mejorar su autoimagen? ¿Qué
más te da? ¿Por qué esa necesidad de insultar, de hundir, de humillar? Porque
te sientes personalmente agredido, claro. Si mujeres ajenas al canon aman sus
cuerpos y pasan de intentar cambiarlos, están traicionando sus obligaciones
hacia ti. Y eso escuece y merece castigo.
Es posible que alguno de estos trolls lea
esta entrada y me suelte que cuando insulta a una gorda lo hace por su salud y
cuando se mete con los pelos de las feminazis se limita a expresar sus gustos
sexuales. No cuela. Yo también tengo mis preferencias estéticas hacia las
mujeres y también puede preocuparme la salud de alguien con quien me cruce en
Internet. Y está bien que tú hagas lo mismo. Pero el hecho de que te creas con
derecho a increpar a una desconocida (1) y a exigirle que cuadre en tus
esquemas mentales de “lo que es una mujer” demuestra que piensas que ella tiene
obligaciones hacia ti.
El problema, por supuesto, es que esas
obligaciones no existen. Si hay algo que cada persona pueda afirmar que es suyo
es su cuerpo. De la piel para dentro nadie puede decirte nada. Nuestra
soberanía corporal es absoluta. Tenemos el derecho de cuidar nuestro cuerpo y
de destrozarlo, de llenarlo de comida sana o de drogas, de ejercitarlo o de
dejar que se reblandezca, de pintarrajearlo, de tatuarlo y, sí, de dejar que se
desarrolle como quiera. Con más o menos pelo, con más o menos lorzas. Y pretender
que esa soberanía no existe, que las mujeres de tu entorno (o las desconocidas
de Internet) te deben algo es no haber entendido nada.
El feminismo o la lucha bodyposi no son “excusas” para no
cuidarse, para hacerse fotos y subirlas a Internet o para dejarse el vello
corporal en paz (2). Y no lo son porque se trata de actos que no requieren
excusa: mi cuerpo es mío y hago con él lo que quiero. No tengo que dar
explicaciones ni le debo nada a nadie, y mucho menos a cualquier gilipollas de
Internet. Y esto, que está muy claro si lo digo yo (que soy, no lo olvidemos,
un hombre cis), deja de estarlo cuando lo dice una tía. Y no, mira, no.
Así que, amigo internauta, resiste. Yo sé
que los dedos te pican y que te mueres por llamar orco peludo a esa tía que se
ha atrevido a subir a una foto a Twitter sin pedirte permiso. ¡Es una
transgresión en toda regla! Pero contente. Pregúntate qué hace que te sientas
con derecho a tratar de avergonzar a una mujer que se siente bien con un cuerpo
que consideras feo. Pregúntatelo de verdad. La respuesta no va a gustarte, pero
oye, hay una salida: deja de hacer esa clase de cosas. Ya ves tú qué fácil.
(1) Hay quien pone el ejemplo de su
pareja. “Si mi novia engorda o se deja los pelos, corto con ella”. “Si ligo con
una y resulta que no está depilada, ahí se queda”. Bueno, cada cual tiene sus
preferencias sexuales y sus gustos estéticos, pero si no entendemos que dichas
preferencias y gustos están mediatizados por el sistema en el que vivimos nunca
iremos a ninguna parte.
(2) He escrito la frase de forma
consciente. “Dejarse el vello corporal en paz”, porque el pelo sale solo y la
acción es depilarlo. Que a veces lees sobre estas cosas y parece que la gente
no acaba de pillarlo.
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Yo lo que no entiendo de todas esas personas con valores estéticos tan elevados es que problema tienen con que haya mujeres (iba a poner personas, pero aquí las únicas atacadas son mujeres) que no cumplen con sus gustos estéticos.
ResponderEliminarSimplemente con no relacionarse con ellas ganarían todos, ellas por no tener que soportar a gente (imbéciles) que las critican por chorradas y los otros por no tener que ver cuerpos que ofenden sus irreales preferencias estéticas.
Tienen problema, precisamente, porque lo viven como un ataque personal, una rebelión de las mujeres contra su legítimo derecho a imponerles mierdas.
EliminarEsta clase de comportamientos eran comunes en el ambiente de mi adolescencia. Que está mal, pero bueno, teníamos quince o dieciséis años y éramos gilipollas, yo incluído. Pero con los años maduras, te das cuenta qué actitudes pueden ser hirientes y además te la empieza a sudar cada vez más fuerte lo que haga el resto de la gente con su vida mientras no te afecte. Se ve que no a todos. Algunos siguen en el patio del instituto.
ResponderEliminarPor cierto, gutapercha :P
Ojalá fuera un tema de madurez. Ojalá :(
EliminarYo he estado gordo muchos años y cualquiera que diga que los kilos de más no importan porque todo es bello le explicaré lo que yo dormía antes, como resoplaba si subía a mi piso, un tercero, corriendo por la escalera o lo que era tener calambres por hambre 3 o 4 horas después de comer.
ResponderEliminarLos pelos y las demás cosas me dan del todo igual, pero se nota como mejora la vida adelgazando.
-----> You <-----
Eliminar------------------------------>The point<-------------------------
Decir que todo es bello es mentir descaradamente
ResponderEliminarEs que no se trata de que todo sea bello, sino de abolir los cánones de belleza.
EliminarEso es lo que no entendéis, o más bien, os negáis en redondo a admitir. Los cánones de belleza existen por un motivo: los fenotipo más deseables, esos que decís que están "mediatizados" cuando en realidad son aquellos naturalmente atractivos para cualquier persona mentalmente sana, se han correlacionado y se correlacionarán siempre con una eficacia biológica superior. Y en el caso de los humanos, esto afecta a características tan fundamentales como la inteligencia, la fertilidad, y todas esas cosillas sin las cuales no hay civilización que valga.
EliminarQue admitáis abiertamente que vuestro objetivo es abolir los cánones de belleza, entre muchos otros igual de antinaturales, os retrata como lo que sois: el fracaso de nuestra especie, una secta siempre creciente y acechante que no busca sino el fin de la civilización y ya puestos de la propia especie humana como tal. Y a alguien que busca eso, me niego a reconocerlo como humano.
Nuestra mejor oportunidad para haber evitado todo esto se perdió con la Segunda Guerra Mundial, pero tiempo al tiempo. El curso de la Historia está cambiando otra vez, y pondrá a cada uno en su lugar.
...DISCLAIMER: bueno, no sé si colará, pero todo lo anterior es un mero ejercicio literario para comprobar cómo de reaccionario soy capaz de parecer. Aún así, me preocupa un poco que si soy capaz de sacarme esto de los recovecos de mi mente... ¿en qué punto dejo de fingir ser un fascista trasnochado, y me convierto en uno de verdad?
Hola, @DrXaverius.
EliminarMe has pillado: no me depilo porque quiero destruir la civilización y acabar con la especie humana, muahahaha (risa maquiavélica).
EliminarPues a ver si te vas dando prisita xD
EliminarComo mujer que se pasa por el arco del triunfo los canones de belleza y lo que el mundo espera de mi, estoy más que cansada de que me pidan (ordenen) que "me arregle", y de contestar que "no estoy estropeada". Si tuviera que elegir lo más absurdo que he oido, creo que ganaria mi hermano. Me dijo una vez que puedo no depilarme el vello púbico porque no tengo pareja, que si no "él no te dejaria ir así". ¡Ni que le fuera a pedir permiso!
ResponderEliminarJodeeeeer ¬¬
EliminarNo, si la cosa está mu mala, es increíble lo que se puede llegar a decir. Y no queráis saber la presión a la que es sometida la mujer que acaba de ser madre, en físico y en comportamiento. Por parte de profesionales sobre todo. El otro día acompañé a una amiga que acaba de tener un bebé al pediatra. El tío le revisa al bebé y después le pregunta qué tal, que cómo le va, que qué tal el padre, hasta ahí bien. Cuando mi amiga responde que al padre le está costando aceptar la nueva situación, que no se acaba de darse cuenta que tener un hijo no es tener un baby born, que le han entrado los celos y que se queja de abandono, va y le contesta: ¿y tú qué crees que puedes hacer para que no se sienta así? Me quedé de piedra caliza ¿en serio? te explica que su pareja se está comportando como un imbécil ¿y el problema lo tiene que arreglar ella?. Y no contento con eso, el tío empieza a decir que si los hombres necesitan apoyo en esos momentos, que las mujeres a veces nos descuidamos un poco y dejamos de ser atrayentes, que si los hombres necesitan que se deje de lado un poco al bebé y se les dedique tiempo... Menos mal que mi amiga reaccionó y le soltó que hasta donde ella veía, niño había parido uno y por tanto se iba a ocupar de uno y no de dos. ¡pero bueno! un profesional culpabilizando a la madre porque el tío se siente abandonado le faltó decirle que aparcara al crío en la guarde y se fuera depilar.
ResponderEliminarAy, de verdad ¬¬
EliminarMe ha gustado mucho el enfoque lingüístico de la excusa. La pienso añadir a mi discurso, ya que conozco muchos amantes de la RAE que lo justifican todo con ella.
ResponderEliminarConsciente o inconscientemente los hombres tienden a creer que las mujeres dependemos de su aprobación. De ahí el famoso chantaje emocional de “pues los tíos no te van a querer y te vas a quedar sola y amargada como la loca de los gatos”. Eso al revés no pasa y presupone que las mujeres necesitamos el visto buenos de los hombres para ser felices. Yo cuando contesto con seriedad a esa amenaza con un “eso espero”, “a ver si es verdad” o similares SIEMPRE sin excepción (haced la prueba chicas) dejo a la persona a cuadros y esta SIEMPRE reacciona de 2 formas:
- Se pone paternalista y me dice que digo eso porque soy joven e idiota y no se ni lo que quiero. Que más adelante le daré la razón.
- Directamente se pone agresiva y me dice que ya estoy amargada y quiero llamar la atención porque ningún tío me quiere.
Que no, que no asumen que te pueda resbalar que te den su sacrosanta aprobación como trozo de carne para poder entrar al “maravilloso” mercado de su atención. De ahí que se metan al trapo en todas estas iniciativas sólo por fastidiar, en serio piensan que tiene que ver con ellos porque creen que TODO tiene que ver con ellos.
Usar a la RAE para rebatir cosas machistas es uno de mis pequeños placeres culpables. En la entrada siguiente también lo hago, al hablar del término "institución".
EliminarSobre lo otro... pues qué voy a decir si tienes toda la razón.
Yo si ligo con alguien y no está depilado ahí se queda.
ResponderEliminarLuego me llaman calientapollas.
Siento que sea usted tan superficial, señor.
EliminarSeñora
ResponderEliminarClaro, Carlos, claro.
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