sábado, 6 de agosto de 2016

Soberanía corporal

Cada cierto tiempo se lanza por Twitter alguna iniciativa de lo que se conoce como “bodyposi”: se trata de mostrar que existen cuerpos diversos, que no todo se agota en los cánones de belleza que tragamos a cada momento y que eso es bueno. Los mensajes bodyposi están inseparablemente ligados al feminismo, porque (menuda sorpresa) resulta que esos estándares de belleza son mucho más intensos para las mujeres que para los hombres. Así que no es extraño que cada vez que se inicia una campaña de este tipo aparezcan mil trolls machistas a quejarse de esa intolerable desviación del estándar de Lo Que Debería Ser Una Mujer De Verdaz (Marca Registrada).

El último caso es el de #MiVelloMisNormas, que va sobre el espinoso asunto (pun intended) de la depilación femenina. Porque claramente existe una disparidad en el hecho de que yo pueda ir como un oso pardo y nadie me diga nada pero si cualquier mujer intenta hacer lo mismo vaya a sufrir toda clase de críticas y presiones machaconas. En estos temas se da una paradoja curiosa: los mismos gilipollas que dicen que esta presión no existe (“¡nadie te pone una pistola en la cabeza!”) son los que la ejercen cuando intentan lastrar esta clase de iniciativas.

Hay varios (ejem) argumentos comunes que aparecen en la boca de todo el que critica las iniciativas bodyposi: la deseabilidad sexual (“con esos pelos nadie va a querer follarte”), la higiene (“es que los pelos son antihigiénicos”), la salud (que no se aplica a esto pero sí al tema de la gordofobia), etc. Pero de ellos ya hablaremos otro día, porque hoy quiero comentar mi favorito: el que dice que las campañas bodyposi (o en general el feminismo) son una excusa. ¿Para qué? Para las más variadas maldades: para no depilarse, para enseñar cacho, para ser una guarra que va en contra de la sociedad, para no ponerse a dieta o incluso parahacer cosas, así en abstracto.

Me flipa muchísimo el uso de la palabra “excusa” en este contexto. Dice la RAE que una excusa es un “motivo o pretexto que se invoca para eludir una obligación o disculpar una omisión”. Es decir, que una excusa es lo que decimos cuando no queremos hacer aquello que debemos pero no tenemos ninguna buena razón para escaquearnos. El uso del término es muy revelador, porque indica que las mujeres (insisto, principales beneficiarias y abanderadas de la lucha bodyposi) tienen toda una serie de obligaciones o deberes sobre sus cuerpos: no enseñarlos por redes sociales, estar depiladas, mantener un peso aceptable…

Esto me hace pensar. Las obligaciones son dialécticas: se tienen siempre hacia alguien. No existen las autoobligaciones: si no hay una persona que me pueda exigir que haga X cosa, no tengo obligación alguna de hacerla. Ojo, que esa exigibilidad no tiene por qué ser judicial. No estoy hablando de Derecho ni de la posibilidad de demandar a un deudor, sino de algo mucho más básico: en toda obligación hay una persona A que tiene un deber (entregar algo, hacer algo, abstenerse de hacer algo) y una persona B que puede esperar legítimamente que A cumpla por su parte. Si A no lo hace, B se sentirá defraudado y con el derecho de, como mínimo, abroncar a A por su incumplimiento.

¿Quién es esa contraparte? Si las mujeres tienen alguna clase de obligación de depilarse, ir monas o adelgazar, ¿quién es esa persona (o grupo de personas) que se va a sentir defraudada si no lo hace? Pues evidentemente lo que queda de la población, que excluyendo al pequeño porcentaje de personas no binarias, somos los hombres. En otras palabras, el uso del término “excusa” es muy revelador, pues demuestra que quien lo emplea cree que las mujeres tienen obligaciones sobre su propio cuerpo hacia los hombres: básicamente, encajar en el canon de belleza.

Y claro, quien sostiene este discurso (normalmente, oh sorpresa, hombres) ve con desagrado que hay mujeres enseñando sus pelos, sus kilos, sus estrías y demás características físicas incompatibles con el canon. Esto es lo que explica que salten tan rápido con toda la batería de argumentazos que mencionaba más arriba: la deseabilidad sexual, la higiene, la salud, etc. Porque en realidad, si uno lo piensa fríamente, ¿qué te importa a ti lo que hagan unas cuantas desconocidas para mejorar su autoimagen? ¿Qué más te da? ¿Por qué esa necesidad de insultar, de hundir, de humillar? Porque te sientes personalmente agredido, claro. Si mujeres ajenas al canon aman sus cuerpos y pasan de intentar cambiarlos, están traicionando sus obligaciones hacia ti. Y eso escuece y merece castigo.

Es posible que alguno de estos trolls lea esta entrada y me suelte que cuando insulta a una gorda lo hace por su salud y cuando se mete con los pelos de las feminazis se limita a expresar sus gustos sexuales. No cuela. Yo también tengo mis preferencias estéticas hacia las mujeres y también puede preocuparme la salud de alguien con quien me cruce en Internet. Y está bien que tú hagas lo mismo. Pero el hecho de que te creas con derecho a increpar a una desconocida (1) y a exigirle que cuadre en tus esquemas mentales de “lo que es una mujer” demuestra que piensas que ella tiene obligaciones hacia ti.

El problema, por supuesto, es que esas obligaciones no existen. Si hay algo que cada persona pueda afirmar que es suyo es su cuerpo. De la piel para dentro nadie puede decirte nada. Nuestra soberanía corporal es absoluta. Tenemos el derecho de cuidar nuestro cuerpo y de destrozarlo, de llenarlo de comida sana o de drogas, de ejercitarlo o de dejar que se reblandezca, de pintarrajearlo, de tatuarlo y, sí, de dejar que se desarrolle como quiera. Con más o menos pelo, con más o menos lorzas. Y pretender que esa soberanía no existe, que las mujeres de tu entorno (o las desconocidas de Internet) te deben algo es no haber entendido nada.

El feminismo o la lucha bodyposi no son “excusas” para no cuidarse, para hacerse fotos y subirlas a Internet o para dejarse el vello corporal en paz (2). Y no lo son porque se trata de actos que no requieren excusa: mi cuerpo es mío y hago con él lo que quiero. No tengo que dar explicaciones ni le debo nada a nadie, y mucho menos a cualquier gilipollas de Internet. Y esto, que está muy claro si lo digo yo (que soy, no lo olvidemos, un hombre cis), deja de estarlo cuando lo dice una tía. Y no, mira, no.

Así que, amigo internauta, resiste. Yo sé que los dedos te pican y que te mueres por llamar orco peludo a esa tía que se ha atrevido a subir a una foto a Twitter sin pedirte permiso. ¡Es una transgresión en toda regla! Pero contente. Pregúntate qué hace que te sientas con derecho a tratar de avergonzar a una mujer que se siente bien con un cuerpo que consideras feo. Pregúntatelo de verdad. La respuesta no va a gustarte, pero oye, hay una salida: deja de hacer esa clase de cosas. Ya ves tú qué fácil.






(1) Hay quien pone el ejemplo de su pareja. “Si mi novia engorda o se deja los pelos, corto con ella”. “Si ligo con una y resulta que no está depilada, ahí se queda”. Bueno, cada cual tiene sus preferencias sexuales y sus gustos estéticos, pero si no entendemos que dichas preferencias y gustos están mediatizados por el sistema en el que vivimos nunca iremos a ninguna parte.


(2) He escrito la frase de forma consciente. “Dejarse el vello corporal en paz”, porque el pelo sale solo y la acción es depilarlo. Que a veces lees sobre estas cosas y parece que la gente no acaba de pillarlo.



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22 comentarios:

  1. Yo lo que no entiendo de todas esas personas con valores estéticos tan elevados es que problema tienen con que haya mujeres (iba a poner personas, pero aquí las únicas atacadas son mujeres) que no cumplen con sus gustos estéticos.

    Simplemente con no relacionarse con ellas ganarían todos, ellas por no tener que soportar a gente (imbéciles) que las critican por chorradas y los otros por no tener que ver cuerpos que ofenden sus irreales preferencias estéticas.

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    1. Tienen problema, precisamente, porque lo viven como un ataque personal, una rebelión de las mujeres contra su legítimo derecho a imponerles mierdas.

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  2. Esta clase de comportamientos eran comunes en el ambiente de mi adolescencia. Que está mal, pero bueno, teníamos quince o dieciséis años y éramos gilipollas, yo incluído. Pero con los años maduras, te das cuenta qué actitudes pueden ser hirientes y además te la empieza a sudar cada vez más fuerte lo que haga el resto de la gente con su vida mientras no te afecte. Se ve que no a todos. Algunos siguen en el patio del instituto.

    Por cierto, gutapercha :P

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  3. Yo he estado gordo muchos años y cualquiera que diga que los kilos de más no importan porque todo es bello le explicaré lo que yo dormía antes, como resoplaba si subía a mi piso, un tercero, corriendo por la escalera o lo que era tener calambres por hambre 3 o 4 horas después de comer.

    Los pelos y las demás cosas me dan del todo igual, pero se nota como mejora la vida adelgazando.

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    1. -----> You <-----






      ------------------------------>The point<-------------------------

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  4. Decir que todo es bello es mentir descaradamente

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    1. Es que no se trata de que todo sea bello, sino de abolir los cánones de belleza.

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    2. Eso es lo que no entendéis, o más bien, os negáis en redondo a admitir. Los cánones de belleza existen por un motivo: los fenotipo más deseables, esos que decís que están "mediatizados" cuando en realidad son aquellos naturalmente atractivos para cualquier persona mentalmente sana, se han correlacionado y se correlacionarán siempre con una eficacia biológica superior. Y en el caso de los humanos, esto afecta a características tan fundamentales como la inteligencia, la fertilidad, y todas esas cosillas sin las cuales no hay civilización que valga.

      Que admitáis abiertamente que vuestro objetivo es abolir los cánones de belleza, entre muchos otros igual de antinaturales, os retrata como lo que sois: el fracaso de nuestra especie, una secta siempre creciente y acechante que no busca sino el fin de la civilización y ya puestos de la propia especie humana como tal. Y a alguien que busca eso, me niego a reconocerlo como humano.

      Nuestra mejor oportunidad para haber evitado todo esto se perdió con la Segunda Guerra Mundial, pero tiempo al tiempo. El curso de la Historia está cambiando otra vez, y pondrá a cada uno en su lugar.



      ...DISCLAIMER: bueno, no sé si colará, pero todo lo anterior es un mero ejercicio literario para comprobar cómo de reaccionario soy capaz de parecer. Aún así, me preocupa un poco que si soy capaz de sacarme esto de los recovecos de mi mente... ¿en qué punto dejo de fingir ser un fascista trasnochado, y me convierto en uno de verdad?

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    3. Me has pillado: no me depilo porque quiero destruir la civilización y acabar con la especie humana, muahahaha (risa maquiavélica).

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    4. Pues a ver si te vas dando prisita xD

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  5. Como mujer que se pasa por el arco del triunfo los canones de belleza y lo que el mundo espera de mi, estoy más que cansada de que me pidan (ordenen) que "me arregle", y de contestar que "no estoy estropeada". Si tuviera que elegir lo más absurdo que he oido, creo que ganaria mi hermano. Me dijo una vez que puedo no depilarme el vello púbico porque no tengo pareja, que si no "él no te dejaria ir así". ¡Ni que le fuera a pedir permiso!

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  6. No, si la cosa está mu mala, es increíble lo que se puede llegar a decir. Y no queráis saber la presión a la que es sometida la mujer que acaba de ser madre, en físico y en comportamiento. Por parte de profesionales sobre todo. El otro día acompañé a una amiga que acaba de tener un bebé al pediatra. El tío le revisa al bebé y después le pregunta qué tal, que cómo le va, que qué tal el padre, hasta ahí bien. Cuando mi amiga responde que al padre le está costando aceptar la nueva situación, que no se acaba de darse cuenta que tener un hijo no es tener un baby born, que le han entrado los celos y que se queja de abandono, va y le contesta: ¿y tú qué crees que puedes hacer para que no se sienta así? Me quedé de piedra caliza ¿en serio? te explica que su pareja se está comportando como un imbécil ¿y el problema lo tiene que arreglar ella?. Y no contento con eso, el tío empieza a decir que si los hombres necesitan apoyo en esos momentos, que las mujeres a veces nos descuidamos un poco y dejamos de ser atrayentes, que si los hombres necesitan que se deje de lado un poco al bebé y se les dedique tiempo... Menos mal que mi amiga reaccionó y le soltó que hasta donde ella veía, niño había parido uno y por tanto se iba a ocupar de uno y no de dos. ¡pero bueno! un profesional culpabilizando a la madre porque el tío se siente abandonado le faltó decirle que aparcara al crío en la guarde y se fuera depilar.

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  7. Me ha gustado mucho el enfoque lingüístico de la excusa. La pienso añadir a mi discurso, ya que conozco muchos amantes de la RAE que lo justifican todo con ella.

    Consciente o inconscientemente los hombres tienden a creer que las mujeres dependemos de su aprobación. De ahí el famoso chantaje emocional de “pues los tíos no te van a querer y te vas a quedar sola y amargada como la loca de los gatos”. Eso al revés no pasa y presupone que las mujeres necesitamos el visto buenos de los hombres para ser felices. Yo cuando contesto con seriedad a esa amenaza con un “eso espero”, “a ver si es verdad” o similares SIEMPRE sin excepción (haced la prueba chicas) dejo a la persona a cuadros y esta SIEMPRE reacciona de 2 formas:

    - Se pone paternalista y me dice que digo eso porque soy joven e idiota y no se ni lo que quiero. Que más adelante le daré la razón.

    - Directamente se pone agresiva y me dice que ya estoy amargada y quiero llamar la atención porque ningún tío me quiere.

    Que no, que no asumen que te pueda resbalar que te den su sacrosanta aprobación como trozo de carne para poder entrar al “maravilloso” mercado de su atención. De ahí que se metan al trapo en todas estas iniciativas sólo por fastidiar, en serio piensan que tiene que ver con ellos porque creen que TODO tiene que ver con ellos.

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    1. Usar a la RAE para rebatir cosas machistas es uno de mis pequeños placeres culpables. En la entrada siguiente también lo hago, al hablar del término "institución".

      Sobre lo otro... pues qué voy a decir si tienes toda la razón.

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  8. Yo si ligo con alguien y no está depilado ahí se queda.
    Luego me llaman calientapollas.

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