Estos
días estoy oyendo hablar mucho de la interseccionalidad, a cuenta por ejemplo
de mujeres que se sienten preteridas en el movimiento comunista o en el
escéptico, o de bifobia en el movimiento LGTB. Cada vez estoy más convencido de
que la lucha interseccional es la única lucha que no olvida a nadie. Por ello,
he decidido fijar mi posición en el mapa del privilegio. Usaré como guía la
lista que publicó @LaGuiri en su blog el otro día.
Características
sociales
Privilegio
económico, en sus dos variantes: “ricos y pobres” y “capitalistas y
trabajadores”. Creo que la primera es más útil que la segunda al hablar de
privilegio, porque es la que más configura tu posición social y el trato de los
demás. Sin embargo, la división de clases está inserta en la estructura del
sistema, por lo que no podemos olvidarla. En todo caso da igual: en ambos casos
soy no privilegiado, ya que ni tengo
una fuente de ingresos regular y suficiente ni soy propietario de medios de
producción.
Educación:
superior a nivel de máster. Privilegiado,
sin duda.
Nacionalidad
y color de piel: los trato juntos porque creo que son dos ejes muy
relacionados. La nacionalidad te otorga principalmente privilegios jurídicos
(derecho a voto, facilidades en trámites administrativos) mientras que el color
de piel te los da sociales (por muy nacional que seas si tu color de piel es
diferente vas a seguir siendo “ese negro”, “ese moro” o “ese sudaca”). Soy
español y de piel blanca, así que soy privilegiado.
Lengua:
domino la lengua española, no sólo porque es mi lengua materna sino porque
gracias a mi educación y otros factores sé escribirla correctamente, sin faltas
de ortografía y con coherencia. Dado que es la lengua de prestigio en mi país,
sin duda soy privilegiado.
Religión:
soy ateo. Esto significa que no sólo no soy católico (religión de prestigio en
mi país) sino que tampoco soy capaz de dar una respuesta positiva a los
consabidos “bueno, pero algo hay”, “tienes que creer en algo”, etc. Como diría
Krahe, “prefiero caminar con una duda / a con un mal axioma”, y ello me
convierte en no privilegiado.
Características
personales
Edad:
soy un adulto joven, es decir, no soy un anciano ni un niño. Por tanto, soy un privilegiado.
Capacidad:
tengo un problema de corazón que durante bastantes años me valió el
reconocimiento de una discapacidad de más del 33%. Sin embargo, se trata de
algo que de facto no me impide más
que hacer deporte de competición y cosas así. Hago vida normal, tengo una
alimentación corriente y puedo hacer deporte. También soy médicamente obeso
pero, dado que he adelgazado diez kilos en el último año y medio, esa condición
ya no me limita: no resuello en cuanto subo tres escalones ni la gente prefiere
ir de pie a sentarse a mi lado en el Metro, cosa que sí pasaba antes.
Finalmente, soy miope pero llevo gafas. En definitiva, tengo problemas de salud
que no me limitan, por lo que no soy discapacitado: soy privilegiado.
Sexo
y género: soy hombre identificado como tal, por tanto privilegiado. Lo soy doblemente, de hecho, ya que mi privilegio se
proyecta también sobre las personas de género no binario.
Normatividad
corporal: soy cis y mi cuerpo es normativamente masculino, por tanto aquí
también soy privilegiado.
Actividad
sexual: soy sexual, por tanto privilegiado.
Orientación
sexual: soy heterosexual, por tanto privilegiado.
Atractivo:
no soy una persona que encaje en el canon de belleza del hombre occidental, por
lo cual a primera vista no soy atractivo. Sé que hay quien me encuentra
atractivo, pero digamos que nadie que no me conociera haría nada por querer
complacerme sólo por el físico, que es una forma en que puede manifestarse este
privilegio. Por tanto soy no
privilegiado.
Peso:
lo dije más arriba, a pesar de ser médicamente obeso (estoy en torno a los 100
kg cuando mi IMC apropiado estaría por debajo de los 95) ello no me afecta en
mi vida cotidiana ni me causa problemas médicos o de autoestima, al contrario
de lo que sí pasaba hace dos años. Por tanto, concluyo que soy privilegiado.
Extroversión:
en general soy extrovertido, por lo que me apunto el privilegio pese a que en ciertos ámbitos (llamadas telefónicas para
tratar de temas serios) se me hace un nudo la garganta y me pongo todo tipo de
excusas para evitarlos.
Mano
principal: soy diestro y, por tanto, privilegiado.
Conclusión
Mirándome
en el espejo de los privilegios he descubierto lo difícil que es a veces
determinar los que uno tiene. Algunos son evidentes (hombre, blanco, ateo) pero
otros requieren razonamiento: el peso que tengo ¿me limita? ¿Cuál es la
diferencia entre rico o pobre? ¿Hasta qué punto es un problema mi cardiopatía?
Haciendo el recuento veo doce privilegios
y tres ausencias de privilegio, contando con que varias categorías las he
tratado juntas. Eso no significa, como podría pensarse, que mi saldo neto sea
un +9: no todos los privilegios tienen el mismo peso, y mi ateísmo no basta
para cancelar las ventajas que me da el hecho de ser español, varón o
heterosexual. No me voy a poner aquí a hacer una tipología, pero sí diré que
tengo la impresión de que de los más “gordos” y condicionantes sólo me falta uno,
el económico. Mi conclusión es, por tanto, que soy una persona bastante privilegiada.
¿Y
tú?
(Mil
gracias a la gran @Koolasuchus por ayudarme a encontrar palabras para definir
algunos de mis privilegios)
Interesante reflexión: nunca está mal pararse a pensar cuáles son los privilegios que uno posee y de los que no acaba de ser consciente. Así en un repaso rápido...
ResponderEliminar- Económico: no poseo nada más valioso que mi ordenador, pero tengo una fuente de ingresos regular y ciertos ahorros así que solo puedo concluir que sí.
- Educación: postgrado. Sí.
- Nacionalidad y color de piel: española y blanca. Sí.
- Lengua: domino la española y me manejo aceptablemente en la inglesa. Sí.
- Religión: atea. No.
- Edad: adulta joven. Sí.
- Capacidad: no veo tres en un burro pero llevo gafas / lentillas. Por lo demás, todo en orden. Así que sí.
- Sexo y género: mujer. Por tanto, concluyo que no, pero sigo estando en una posición privilegiada respecto a personas fuera del espectro binario, ¿no?
- Normatividad: cis. Sí.
- Actividad sexual: sí, o sea que sí.
- Orientación sexual: hetero / bi. El sentirme atraída por mujeres me ha traído lo suyo de incomprensión, sobre todo en ciertos ámbitos, pero mi actividad es mayormente heterosexual, así que no sé muy bien si concederme el privilegio o no. Supongo que sí.
- Atractivo: el suficiente como para ser económicamente retribuida por él, así que sí.
- Peso: no llego al IMC indicado, pero encajo en los cánones sociales y no me ha reportado problemas de salud, así que sí. Por otro lado, ser físicamente débil tiene sus inconvenientes y limitaciones.
- Extroversión: hay situaciones que me hacen sentir incómoda, pero tiro más hacia el lado de la extroversión, así que sí.
- Mano principal: diestra. Sí.
Eres una privilegiada, como los catalanes ¬¬
EliminarMe resulta muy interesante lo que planteas sobre ser mujer. Por eso prefiero dividir los privilegios en ejes de dos polos, porque si los dividimos en ejes de tres: ¿qué pasa con los que están en medio? En la lista original había dos ejes: hombre-mujer y binario-no binario, pero al estar tan relacionados decidí meterlos en el mismo párrafo. Así que yo diría que sí, que en el primer eje eres no privilegiada y en el segundo privilegiada.
También me gusta lo que dices al hablar de tu orientación sexual. Supongo que la teoría interseccional lo tendrá más que estudiado, pero yo diría que el privilegio no depende tanto de lo que eres como de lo que aparentas. Si en general no vas en público haciendo cosas bisexuales se asume que eres monosexual (en este caso hetero) y tienes el privilegio que nos corresponde a éstos, por mucho que te sientas atraída por mujeres. Sin embargo, como cuando lo has exteriorizado sí has sentido incomprensión... bueno, pues ahí has perdido el privilegio, parece. Yo tampoco sé dar una respuesta definitiva.
Me encantaría que más gente se animara a hacer lo que tú y analizara sus privilegios en los comentarios o en sus blogs :)
El tema de la bisexualidad es que intento no ocultarlo (estoy fuera del armario en el curro, por ejemplo), porque creo que es importante visibilizar. Pero siempre tengo la opción de hacerlo de manera más fácil que alguien exclusivamente gay. Si tuviera una pareja estable chica, por ejemplo, sería mucho más difícil. No sé si me explico...
EliminarGracias a los comentarios anteriores me animo a dejar el mío.
ResponderEliminar- Económico: En principio, al ser estudiante y depender económicamente de mis padres (con matices que no vienen al caso), no tengo privilegio, pero, tras pensarlo con humildad, debo admitir que sí lo tengo: no necesito trabajar para ayudar a la economía familiar, escribo desde el ordenador de casa y puedo comprar la ropa que necesito, y algo más, además de ahorrar un poquito. Así que sí.
- Educación: Estoy terminando una ingeniería y tengo C1 en inglés . Sí.
- Nacionalidad y color de piel: Española de piel blanca. Sí.
- Lengua: Castellano. Sí.
- Religión: No, atea. No.
- Edad: Adulta joven. Sí.
- Capacidad: Sí.
- Sexo y género: El comentario de Dido me ha hecho pensar y replantearme este punto. Como mujer se me plantean dificultades por las que los hombres no tienen que pasar (trabajar más duro que ellos, ser cuestionada y juzgada en cualquiera de mis facetas como persona y decisiones que tome, sexualidad, libertades…), PERO me ajusto al espectro binario que comenta Dido. Mi sexo y mi género se ajustan indudablemente al femenino, no hay ninguna duda respecto a ello, ni interna y personal, ni externa. Así que quizás sí sea un privilegio.
(Me enrollo como las persianas y así sucede, que agoto el límite de caracteres, je)
Me ha parecido muy interesante lo que dices del privilegio económico. Leí durante la carrera a un politólogo llamado Wallerstein, especializado en relaciones internacionales. Lo que Wallerstein dice, si no recuerdo mal, es que la adscripción a clases sociales y a grupos de estatus no se produce a nivel individual sino familiar. Que no tenemos que hablar de proletarios sino de familias proletarias. Creo que tu comentario va por esa línea: puede que tú personalmente no seas privilegiada, pero si estás en una unidad familiar que sí lo es, gozas de los beneficios de ese estatus.
Eliminar(continúo)
ResponderEliminar- Normatividad: En principio, mi cuerpo sí es normativo, se aprecia claramente que soy una mujer. Y aquí termina el privilegio. Pero… ¿soy tan normativa? Tengo más de 50cm de un hombro a otro y unos músculos algo marcados (en un entorno de confianza diré que estoy orgullosa de ellos por el esfuerzo y la constancia que requieren) y puedo levantar pesos sin problemas. ¿Está socialmente aceptado? Algunos hombres se sentirán intimidados ante una mujer que puede hacerles frente, con el consiguiente rechazo. Y unas cuantas mujeres me rechazarán y me criticarán (de hecho, lo hacen). Cabría preguntarse: ¿Qué provoca más rechazo, una mujer grande o un hombre menudo?, ¿una mujer rellena o gorda, o una fuerte? Habrá gente por aquí que unas dimensiones como las mías las podrá considerar aceptables, pero los gestos que he tenido que tolerar “ahí fuera” son dignas de un ensayo. ¿Y a la hora de comprar ropa? He buscado cazadoras de piel y sólo encontré dos que me sirvieran de hombro, y una sola de ellas me quedaba bien. En toda mi ciudad. ¿Sigo siendo normativa si me sobran 15cm de hombro (o faltan 15cm de cazadora) cuando me pruebo una XXL, y no precisamente de Mango? Para responder a esto, por favor, no lo hagáis sólo desde vuestra perspectiva (persona de mente más o menos abierta, con una cierta sensatez), hacedlo también desde el punto de vista de la sociedad, de los valores que intenta transmitirnos, de los estándares de atractivo femenino, incluso los que nos venden como “mujeres reales”.
- Actividad sexual: No soy asexual. Sí.
- Orientación sexual: Soy bisexual aunque en mi entorno social más cercano (o sea, la gente de no-Internet :) ) me comporto como hetero. Soy muy cuidadosa en entornos donde he apreciado una marcada lesbofobia/bifobia (familia, gimnasio). Sin embargo, no me he tenido que enfrentar a los problemas de presentar en sociedad a una mujer como mi pareja (entre otros motivos, porque no he tenido pareja mujer, jeje). Así que sí, soy una privilegiada.
- Atractivo: No.
- Peso: Esto enlaza un poco con la opinión sobre normatividad. Se me ha tratado de gorda e incluso obesa, mi IMC está por encima del supuestamente saludable, me han ordenado bajar de peso e incluso no hacer ejercicios de tonificación porque suben de peso. Socialmente se me ha considerado tanto fuerte como gorda. ¿Tengo un privilegio o no? Estoy sana, me encuentro bien y puedo mantener una rutina de ejercicio intensa, así que puedo decir que sí, tengo ese privilegio. Por otro lado, soy más grande que muchas mujeres, a primera vista (y a veces, a segunda o más) las personas me toman por “0tra gorda más”, y, enlazando con el atractivo, me siento invisible, así que según esto, no dispongo de tal privilegio. Me explico un poco mejor: estrictamente, por salud, sí poseo tal privilegio, en todo lo demás, no.
- Extroversión: La mayor parte de las situaciones sociales me incomodan, algunas me llegan a acomplejar. No.
- Mano principal: Diestra. Sí.
Como he comentado por Twitter, no sólo hay privilegios que cuenten más que otros, sino que además hay una dependencia de unos privilegios con otros, a la vez que ciertos privilegios ponderan de distinta manera según el valor de otros de los que dependen. Reutilizo el ejemplo de Twitter: El “atractivo del hombre feo” que nosotras no tenemos. Una mujer fea puede ser un auténtico drama pero un hombre feo “tiene su morbo”. Una mujer con una nariz grande o peculiar no dejará de ser “¿Menganita? Ah, la de la nariz así”. Pero un hombre con una gran nariz puede ser un atractivo Doctor Who.
Espero haber aportado algo al debate. Una vez más, gracias a Vimes por hacernos reflexionar y darnos una colleja de humildad. : )
Lo de tu normatividad corporal me ha hecho pensar mucho. Es totalmente cierto, aunque no sea algo de lo que se suela hablar, que una mujer fuerte intimida a muchos hombres. Y creo que la facilidad de encontrar ropa de la propia talla es un indicador de lo normal que es un cuerpo, así que... Yo no me apuntaría el privilegio, aunque evidentemente no sea lo mismo parecer una mujer "rara" (fuerte) que no parecer una mujer.
EliminarPor otra parte, enlazando con lo que hemos dicho más arriba Dido y yo, también pienso... ¿hasta qué punto tener que meterte en un armario para aparentar que tienes un privilegio que de hecho no se deriva de lo que eres no es parte de esa ausencia de privilegio?
Lo cual nos lleva a: ¿es "mejor" un no privilegio armarizable que un no privilegio absolutamente evidente?
EliminarOstras, adónde va a parar. Desde luego que "no parecer una mujer" es mucho peor. Desde tener rasgos duros, voz grave o mucho vello en caso de mujeres, hasta las personas trans que tienen que soportar comentarios del tipo "pos no parece una mujer".
EliminarMuy interesante la pregunta de Dido.
EliminarJo, muy bien visto. Yo prefiero tener un privilegio "armarizable", como lo son de hecho dos de los tres que tengo yo: el económico y el religioso. Digo lo del económico por lo siguiente: supongo que quien me conozca se hará una idea de que mi nivel económico no es muy alto, pero hasta que yo no salgo del armario (explico por qué no estoy bebiendo nada o digo cuánto rato voy a andar hasta volver a casa) no entiende que de verdad no tengo ninguna fuente de ingresos regular.
EliminarSinceramente prefiero que sea así. Yo difícilmente hubiera soportado que los pijos de mi clase supieran que no tengo un medio de ingresos. O, si vamos a privilegios de los que no están en la lista, prefiero que sólo sepan que practico BDSM o estoy en el ámbito golfo quienes yo quiera. El armario es una mierda pero te permite controlar el impacto de tu privilegio.
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EliminarCaracterísticas sociales
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Privilegio económico: Mis padres han podido y pueden ayudarme sin problemas. Y tengo trabajo y habilidades que me permite vivir con holgura. Sin duda privilegiado.
Educación: Máster. Privilegiado.
Nacionalidad y color de piel: Español de piel blanca. Privilegiado.
Lengua: Hablo español e inglés. Hablo de forma coherente y sin faltas. Privilegiado
Religión: Soy ateo, pero intento no comentarlo. Además en los ambientes sociales donde me muevo (privilegio economico y academico) ser ateo es mas un privilegio que una tara.
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Características personales
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Edad: Adulto joven. Privilegiado.
Capacidad: Físicamente totalmente sano. Privilegiado.
Sexo y género: Varón. Privilegiado.
Normatividad corporal: Cis y masculino. Privilegiado.
Actividad sexual: Asexual. Esto me causa algunos problemas ya que mucha gente de mi entorno espera que alcance ciertos 'hitos'. Ademas que no tener actividad sexual 'normal' o no estar con una pareja estable me cierra ciertas actividades sociales. No privilegiado.
Orientación sexual: Heterosexual. Privilegiado.
Atractivo: Soy normal. Quizá mas arreglado y con una actitud mas extrovertida podría tener cierto encanto. Pero ahora mismo no destaco. No privilegiado.
Peso: Si bien mi falta de autoestima haga que a veces piense que estoy demasiado gordo estoy dentro de mi peso recomendado y dentro de unas proporciones 'socialmente acepatas'. Privilegiado.
Extroversión: Totalmente introvertido y con tendencia a la depresión y falta de autoestima. Esto me plantea problemas ya que mucha gente no es capaz de ver los problemas diarios que tengo. Ir a comprar puede ser un suplicio para mi o me canso muy rápido cuando estoy en compañia de gente. No privilegiado.
Mano principal: Diestro. Privilegiado.
En general soy bastante privilegiado. Me he dado cuenta de que muchas de las características estan muy relacionadas. Un privilegio economico hace que tengas mas posibilidades de poder costearte una educación.
En general la gente a priori me acepta y solo cuando interactuan conmigo y se dan cuenta de ciertas 'taras' que poseo, es cuando deciden cambiar su forma de tratarme.
Es cierto que en ciertos círculos el ateísmo goza de privilegio. Considero que una de las mejores formas de saber si una condición es un privilegio es que tenerla se presume y cuando no la tienes debes explicarte. Y con el ateísmo pasa exactamente eso en ámbitos universitarios.
EliminarMe llama la atención que te definas como asexual y heterosexual. ¿Puedo preguntarte cómo puedes compatibilizarlo? Espero que mi pregunta no te moleste, te prometo que va de buena fe.
-Privilegio económico: No tengo fuente de ingresos personal pero mis padres me han ayudado y no paso hambre. Privilegiada.
ResponderEliminar-Educación: Fracasando en el grado. Voy a decir privilegiada.
-Nacionalidad y color de piel: Española de aspecto europeo. Privilegiada.
-Lengua: Hablo castellano e inglés. Puedo aprender otros idiomas y me divierte. Privilegiada.
-Religión: atea.
-Edad: Adulta joven. Privilegiada.
-Capacidad: Tengo miopía. Privilegiada
-Peso: Privilegiada.
-Extroversión: muy introvertida. Además con timidez e inseguridades adolescentes tontas.
-Mano principal: Diestra. Privilegiada.
Ahora se vuelve un follón
-Sexo y género: Por ahora tengo privilegio masculino condicional mientras finja ser tío (que me sale sin querer). Pero el ser trans me impone tener que hacerme experta en responder a idiotas. Así mismo el que parezca tío sin querer es un no privilegio dentro de ser trans.
-Normatividad corporal: Normatividad condicional masculina (por ahora). Supongo que luego tendré un cuerpo no cisnormativo. Si me dejan.
-Actividad sexual: Sexual
-Orientación sexual: hacia las mujeres, con algunos chicos andrógino suelto. Con tanto rollo condicional ya no sé.
-Atractivo: Como chico soy normal. Como chica ni lo parezco.